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Sacando pecho
Me parece positivo que la Policía saque pecho, cuando logra la captura de sujetos como los de la banda ‘Los Monos’, una estructura criminal especializada en el tráfi co y expendio de estupefacientes en la Comuna Cinco de Popayán. Para obtener estos resultados se necesita un trabajo de mucho tiempo, largas investigaciones, seguimientos, inteligencia, labor de campo. Al fi nal todo se resuelve cuando estos canallas, que están vendiendo drogas, sin importar la edad de los consumidores, acaban en la calle.
Apoyo y coordinación
La Justicia debe seguir ese mismo camino y dejarlos a buen recaudo, tras las rejas, y cumpliendo las penas acordes a un daño tan grande que le hacen a la gente. Ofrecer drogas a las afue
ras de los colegios es un extremos de maldad que no se debe tolerar. Los padres y los docentes deben extremar las precauciones, pues las redes de microtráfico no tienen ningún reparo en destruir la vida de nuestros jóvenes. Hay que ver las caras de los últimos capturados, de verdad dan miedo, parece que tuvieran al mismo demonio adentro.
Campañas duras
Las campañas de prevención deben ser duras, a los niños hay que decirles las cosas como son, sin eufemismos, sin disfrazar la realidad. Cuando alguien cede a la tentación y acaba recibiéndole la dosis ‘regalada’, a aquel individuo que le promete que es inofensivo y que lo va a pasar muy bien, se está jugando la vida, está a punto de ser atrapado irremediablemente por un monstruo que lo va a engullir, con sus sueños, con su paz, con su futuro, y que si tiene un poco de suerte, quizás mañana, ese monstruo lo escupa de nuevo, como un desecho, como un ser irreconocible y nauseabundo. Un joven que se pierde en el mundo de las drogas, es una derrota de la sociedad en su conjunto, del sistema educativo, de la familia, del Estado, de la comunidad. Una sociedad que no protege a los pequeños, está condenda a perderse.
Jair Dorado