Durante casi un año, la Policía Metropolitana de Bogotá y la Fiscalía General de la Nación ejecutaron una de las investigaciones más complejas del año para dar con dos estructuras de microtráfico que venían sembrando inseguridad en barrios del sur de la ciudad. A través de un trabajo articulado, con agentes encubiertos, seguimientos e interceptaciones telefónicas, lograron desarticular a los grupos delincuenciales conocidos como los ‘Camerusa’ y los ‘Yeyos’, que operaban en localidades como San Cristóbal, Rafael Uribe, Tunjuelito, Ciudad Bolívar y Antonio Nariño.
La ofensiva se dio en el marco de la estrategia ‘Operación Bogotá’ y culminó con la captura de 40 personas —30 hombres y 10 mujeres— y la incautación de armas, drogas y más de 40 millones de pesos en efectivo. Se realizaron 40 allanamientos simultáneos, que golpearon de forma contundente las finanzas y operaciones de estas estructuras criminales.
Los “Camerusa”
Los ‘Camerusa’ usaban fachadas inusuales para camuflar su actividad. Distribuían droga en parques, discotecas y calles aledañas a colegios. Entre sus estrategias estaba ocultar estupefacientes en chalecos de pesas sobre perros de razas peligrosas. En las noches, vendían cocaína, marihuana y ‘Tusibi’ en fiestas donde los distribuidores se hacían pasar por DJ o animadores. Sus principales cabecillas eran alias ‘Andrea’, ‘Camilo – El Mono’ y ‘Poquebolas’.
Gracias a un agente infiltrado, se descubrieron las rutas de distribución y los puntos clave donde operaban. En los operativos se incautaron 25 kilos de marihuana, un arma de fuego y 15 celulares que ahora hacen parte del material probatorio.
Los ‘Yeyos’
Por su parte, los ‘Yeyos’ operaban en San Cristóbal y ocultaban droga en coches de bebé, carretillas de frutas o bicicletas. Controlaban puntos como los parques Santa Inés y La Joyita, y un casino donde vendían alucinógenos. Tenían una organización jerárquica, liderada por alias ‘Sandra’ y alias ‘Eliseo’. Uno de los casos más impactantes fue el de alias ‘Jackson’, un exmilitar pensionado en silla de ruedas, que usaba su condición para camuflar droga sin levantar sospechas.
Además de tráfico de estupefacientes, a estas redes se les atribuyen delitos como homicidio, concierto para delinquir, hurto agravado y uso de menores para delinquir.Las autoridades reiteraron el llamado a la ciudadanía para denunciar cualquier actividad delictiva a través de la línea 123.