En la reciente recepción ofrecida por los Reyes de España en el Real Alcázar de Sevilla, en el marco de la Conferencia Internacional sobre la financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas, se produjo un curioso y comentado episodio entre la reina Letizia y el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
El desencuentro se dio cuando el presidente Gustavo Petro se acercó de más a la reina Letizia para darle un beso, gesto común en saludos diplomáticos en América Latina, a lo que ella se resistió, tensionó su brazo y se retiró un paso hacia atrás, frenando el contacto físico y haciendo evidente un respeto estricto al protocolo europeo.
El instante fue captado en video y rápidamente viralizado, generando debate tanto en España como en Colombia sobre las diferencias culturales y las normas de etiqueta en la diplomacia.
Incómodo saludo de Petro a Letizia: intenta besarla y ella lo evita en Sevilla.
— Al instante Redprensa (@Redprensacol) June 30, 2025
El momento generó críticas por romper protocolo.
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Testigos presentes en el evento destacaron la sobriedad con la que la reina capoteó el incómodo momento, evitando cualquier incomodidad pública y manteniendo la formalidad que caracteriza a la Casa Real española.
Fuentes oficiales consultadas por medios españoles confirmaron que la reina actúa siempre conforme a un protocolo muy estricto que limita el contacto físico, especialmente en actos oficiales y con personalidades internacionales.
El protocolo de la Casa Real española establece claramente que los saludos con contacto físico deben ser medidos y respetar la comodidad y el espacio personal de los monarcas. En actos oficiales, se evita el contacto físico innecesario, como besos o abrazos, a menos que la otra parte inicie y el contexto lo permita. La norma busca preservar la solemnidad y la neutralidad institucional, evitando malentendidos o situaciones incómodas
Autoridades diplomáticas, consultadas por diversos medios, explicaron que la diferencia cultural entre países latinoamericanos y europeos puede generar estos malentendidos, dado que en América Latina el beso en la mejilla es un saludo habitual incluso en contextos formales. Sin embargo, en la diplomacia europea, especialmente en la Casa Real española, se prefiere mantener una distancia respetuosa.