A la cárcel por muerte de menor de 6 años

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Un juez de control de garantías envió a prisión a un hombre señalado de haber causado la muerte de un niño de 6 años en un trágico accidente ocurrido el pasado 7 de abril en la vereda Nescuatá, en Sesquilé, Cundinamarca. El menor, que se movilizaba en bicicleta, fue brutalmente embestido por una motocicleta conducida por el hoy procesado, quien, según la Fiscalía, iba a alta velocidad, bajo efectos del alcohol y sin la documentación exigida por la ley.

El juez tomó la decisión de imponer medida de aseguramiento en centro carcelario, al considerar que el hombre representa un peligro para la sociedad y que su conducta fue no solo irresponsable, sino criminalmente grave. Aunque el acusado no aceptó el cargo de homicidio culposo que le imputó un fiscal de la Seccional Cundinamarca, las pruebas recopiladas fueron contundentes para ordenar su reclusión inmediata.

Conducía ebrio, arrolló al menor y huyó

Las investigaciones revelaron que el conductor no solo arrolló al niño, sino que tras el impacto no se detuvo a prestarle ayuda. Por el contrario, emprendió la huida y fue ubicado posteriormente en una estación de gasolina del sector. Las autoridades constataron que el hombre no tenía los documentos de la motocicleta al día y que presentaba signos claros de embriaguez.

El menor fue trasladado con urgencia a un centro médico en Sesquilé, pero lamentablemente falleció debido a la gravedad de las heridas. Su muerte ha causado profunda indignación en la comunidad, que exige justicia y mano firme contra quienes, como en este caso, actúan con total desprecio por la vida ajena.

El envío a prisión del procesado representa un mensaje claro de las autoridades judiciales: la combinación de alcohol, imprudencia y negligencia al volante no puede quedar impune. La Fiscalía advirtió que seguirá actuando con rigor frente a quienes violen las normas de tránsito y pongan en riesgo la vida de los ciudadanos, en especial la de los niños y peatones, los más vulnerables en las vías.

El proceso continúa en curso, y aunque el imputado no aceptó responsabilidad, deberá enfrentar el juicio desde una celda. La condena definitiva dependerá de lo que se establezca durante el desarrollo del caso, pero la decisión del juez marca un precedente claro: matar con una moto, en estado de embriaguez, no es un accidente cualquiera. Es un crimen que merece cárcel