Definitivamente hay que andar con mucho ojo a la hora de adquirir bienes o servicios. Como los recursos son escasos, hay que optimizarlos, buscar siempre la mejor calidad precio, si queremos que la plata tan escasa nos rinda.
Información
Para que nos rinda nuestro sueldo, la mejor manera es estar bien informados. Hay establecimientos que tienen buenos precios en determinados productos, pero no en todos.
Lobos feroces
Hay comercios, grandes superficies incluidas, que son como lobos feroces en el mercado. Utilizan maniobras sutiles y engañosas para rascarle al cliente lo que más se pueda. Si es posible mandarlo a casa cargado de bolsas y sin lo del transporte. Con la misma ética y honestidad que funciona la sociedad, se mueve el comercio. Frases típicas como que el precio de un artículo o servicio “depende del marrano”, han hecho carrera en las relaciones comerciales entre ciudadanos y empresas, y son fi el reflejo de la mala sangre que nos gastamos los colombianos.
Muy vivos
Al aprovechado y sinvergüenza, aquí lo llamamos ‘vivo’, es decir que a lo malo lo llamamos bueno. El cliente desinformado que confía en un comerciante para que le informe, es una víctima fácil.
Sin piedad
Las grandes superficies no tienen piedad. En Popayán, muchos negocios por falta de competencia, se acostumbraron a tratar a los clientes como les diera la gana. Luego llegaron empresarios de otras regiones y los sacaron del mercado simplemente mejorando el servicio, algo de lo que aquí no se tenía noticia. Durante mucho tiempo en Popayán, el que llegaba a comprar a un establecimiento, era como el que llegaba a pedir un favor, y como tal se le trataba. Cambios Las cosas han cambiado, claro, pero aún falta mucho para que el comercio deje de ser el escenario en el que alguien, necesariamente, tiene que salir perjudicado.