En la mañana de este domingo 5 de junio, en el sector de Playetas de la Isla de Barú, fue encontrado un cuerpo en alto grado de descomposición.
Inicialmente se indicó que se trataba de un hombre de entre 40 y 50 años y se desconocía si había muerto por inmersión u otro motivo. Sin embargo, poco después se reveló su identidad. Era Adolfo Agámez Zúñiga, un vigilante que estaba desaparecido.
Secuestro y asesinato
Según los familiares del fallecido cartagenero, el hombre desapareció el pasado 23 de mayo.
Todo indica que Adolfo fue secuestrado por desconocidos que, al parecer, iban disfrazados de policías cuando entraron en una casa-finca de la zona.
Ese mismo día, también se llevaron a Pedro Luis Llamas Magallanes y a John Jairo Oliva Duarte, quien al día siguiente fue encontrado baleado y amarrado en una playa, también de Barú.
No tuvo problemas
«Adolfo llevaba cinco años en la empresa de seguridad Vimarco. En mayo se fue de vacaciones y cuando llegó le dijeron que fuera a cuidar esa casa-finca. Sólo llevaba 10 días allí, no conocía a nadie y nunca dijo que hubiera visto nada extraño en el lugar», dijo el hermano.
También dijo que escuchó que «los anteriores administradores tenían un problema allí, pero no sabemos qué tipo de desorden era».
John Jairo era el actual administrador y Pedro, su ayudante. Habían llegado hace unos meses desde el Cesar.
¿Qué pasó?
Sobre el lío que se armó en la casa-finca, el medio El Universal supo que fue entre personas que vivían cerca del lugar y el administrador. Supuestamente el empleado le disparó a un hombre.
El hermano de Agámez indicó que visitó el lugar y encontró la moto de Adolfo y sus documentos.
«A la moto le quitaron los cables de la batería para que no funcionara. Dejaron sus cosas, sólo se lo llevaron con la ropa que llevaba puesta y su celular, pero está apagado desde ese día a las 8 de la noche», dijo el familiar.
Con información de Q’huboCali.
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