Astrofísicos registran la máxima actividad solar en más de 20 años

Las llamaradas solares pueden amenazar los satélites y las redes eléctricas, así como influir en el clima mundial
Astrofísicos registran la máxima actividad solar en más de 20 años

Nuestro Sol es una estrella dinámica que va cambiando constantemente. Su actividad se mide por el número y la complejidad de las manchas solares en su superficie, que son regiones oscuras y frías donde emergen intensos campos magnéticos desde su núcleo.

Según los estudios, estos campos magnéticos pueden generar fenómenos espectaculares como las erupciones solares, las eyecciones de masa coronal y las auroras polares.

La actividad solar sigue un ciclo de aproximadamente 11 años, en el que pasa por fases de mínimo y máximo. En el mínimo, el Sol tiene pocas manchas y es más tranquilo. En el máximo, el Sol tiene muchas manchas y es más agitado.

En la actualidad, el Sol está mostrando una actividad sorprendentemente intensa para esta fase del ciclo solar, lo que podría indicar un cambio en su comportamiento magnético. Esto supone un reto para los científicos y también una oportunidad para aprender más sobre esta estrella que nos da la vida.

CONSECUENCIAS TANGIBLES

El aumento de la actividad solar tiene consecuencias para la Tierra y sus habitantes. Por un lado, puede afectar al clima espacial, es decir, al estado de la atmósfera superior, compuesta por gases que protegen al planeta de los rayos dañinos del sol y otros fenómenos espaciales, tal como la magnetosfera y la ionosfera terrestres.

Estas capas protectoras pueden verse alteradas por las partículas y la radiación que emite el Sol, especialmente cuando se produce una eyección de masa coronal dirigida hacia nuestro planeta.

Estas perturbaciones pueden causar problemas en los satélites artificiales, las comunicaciones, los sistemas de navegación y GPS, las redes eléctricas y la estabilidad en la órbita de los astronautas.

TRANSCICIÓN DEL CLIMA GLOBAL

Por otro lado, también pueden afectar al clima global, es decir, al estado medio de la atmósfera inferior y la superficie terrestres.

La radiación solar varía alrededor de un 0,1% durante el ciclo solar, lo que puede influir en la temperatura, la presión, la humedad y la circulación atmosférica.

Se debe tener en cuenta, que este efecto provocado por el Sol es pequeño comparado con el del cambio climático generado por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero. Por tanto, no se espera que el máximo solar actual pueda frenar o revertir el calentamiento global, según los científicos. 

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