Para el Atlético Bucaramanga, el 2024 es el año más lindo de toda su historia. De la mano del venezolano Rafael Dudamel, el Leopardo, por fin, logró coronarse campeón de la Liga, luego de 75 años de espera.
El título lo ganó en Bogotá, al derrotar en lanzamientos desde el punto penalti a Santa Fe y así dar una vuelta olímpica que sus hinchas aún festejan.
Además, Dudamel también estuvo cerca de conseguir un segundo título, ese sí todavía inédito para el Bucaramanga, la Copa BetPlay, en la que cayó en semifinales al perder contra América de Cali, también en lanzamientos desde el punto penalti.
El venezolano, pese a que el equipo ya está en la fase de grupos de la Copa Libertadores 2025, a la que volverá luego de 26 años, decidió no renovar su vínculo con el club, alegando motivos personales.
«Doy por terminado este ciclo para poder dedicarme a alcanzar el título y trofeo, el sueño más anhelado que es disfrutar de mi familia. He querido pedirle a mi esposa que me acompañe. Ha sido un año difícil desde lo familiar, de no estar cerca de mis hijos, de mi esposa. Apenas hasta hace cuatro días Salomón me dijo papá, y hoy me voy con el corazón cargado de muchas emociones, pero hay un lado de mi corazón, de mi vida y mi alma y que está requiriendo de ese afecto, de ese amor familiar, y ellos necesitando a papá y esposo en casa», declaró Dudamel en la rueda de prensa en la que se despidió del Atlético Bucaramanga, el pasado 28 de noviembre.
Con el reto de la Libertadores por delante, Bucaramanga sigue en la búsqueda de un nuevo entrenador y el nombre de Leonel Álvarez llegó a estar en consideración de los directivos. El antioqueño, que hasta mediados de año estuvo con Deportivo Pereira, se desvinculará de Emelec de Ecuador, donde tuvo una muy floja campaña.
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Sin embargo, según versiones de prensa, otro nombre estaría tomando fuerza para llegar a reemplazar a Dudamel: es el del paraguayo Gustavo Florentín, actual entrenador del Deportivo Pasto.
El equipo nariñense quedó sin opciones de título el jueves, tras perder 2-1 contra Atlético Nacional, y el único papel que le queda este año es ser juez de la definición del grupo A, el domingo, cuando reciba a Millonarios en el estadio Libertad. Pasto no tiene opciones de llegar a torneo internacional por su flojísima campaña en el primer semestre.
Florentín, de 46 años, ya tiene experiencia en torneos de Conmebol, especialmente en la Copa Sudamericana, en la que llevó a Cerro Porteño a la semifinal del torneo en 2016, en la que lo eliminó Atlético Nacional luego de dos empates, 0-0 y 1-1. Los verdes clasificaron por la norma de goles marcados como visitante.
Florentín había negado inicialmente conversaciones con el Atlético Bucaramanga. «Solo me entero por medio de la prensa, mencionan que el Bucaramanga es uno de ellos, pero a mí no me dijeron nada. El domingo tenemos el último partido, ahí hablaré con mi represente para decidir nuestro futuro», declaró.
Habrá que esperar si la eliminación del Pasto le cambia los planes y lo vuelve a poner en la órbita de la Libertadores, en la que alcanzó a dirigir un partido a The Strongest de Bolivia en la edición 2011.