Una nueva caravana de migrantes partió este lunes desde Tapachula, Chiapas, rumbo a Estados Unidos con la esperanza de cruzar la frontera antes de que Donald Trump asuma nuevamente la presidencia el próximo 20 de enero. Este movimiento masivo de personas refleja el temor generalizado frente a las promesas del magnate de endurecer las políticas migratorias y ejecutar deportaciones masivas. «Buscamos un futuro mejor»: Migrantes a Estados Unidos.
El grupo, conformado principalmente por jóvenes venezolanos y familias con niños, inició su trayecto poco antes del amanecer, avanzando en dirección a las carreteras principales. Alexander Altuve, un migrante venezolano de 38 años, resumió el sentimiento colectivo: «Hay que apresurar el paso, no sabemos qué medidas vaya a tomar Trump.»
Amenazas de Trump intensifican el éxodo migrante «Buscamos un futuro mejor»: Migrantes a Estados Unidos
Trump, quien ganó las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, ha prometido declarar el estado de emergencia en Estados Unidos y recurrir al Ejército para realizar lo que califica como «la mayor operación de deportación en la historia del país». Además, ha señalado que impondrá aranceles del 25% a las importaciones mexicanas si el gobierno de Claudia Sheinbaum no refuerza el control fronterizo.

En respuesta, la presidenta mexicana ha implementado operativos para contener el flujo migratorio y otorgar salvoconductos a quienes ya se encuentran en territorio mexicano. Sin embargo, durante una llamada con Trump, Sheinbaum afirmó que México no ha cerrado su frontera, desmintiendo declaraciones del republicano.
José Luis Fernández, un migrante cubano de 35 años, expresó su motivación para unirse a la caravana: «En nuestro país la situación está muy crítica. Decidimos hacer esta caminata para buscar un futuro mejor.»
Migración: entre la esperanza y la incertidumbre
Muchos de los migrantes confían en la aplicación CBP One para agendar citas que les permitan solicitar asilo de manera formal en Estados Unidos. Sin embargo, el temor a medidas restrictivas y la falta de claridad sobre el futuro alimentan la presión para llegar cuanto antes a la frontera.

Según cifras oficiales, los encuentros con migrantes indocumentados en la frontera sur de EE. UU. han disminuido significativamente, pasando de 250,000 en diciembre del año pasado a 54,000 en septiembre. Esta reducción responde tanto a políticas más estrictas como al uso de herramientas digitales para regular el flujo migratorio.