LA COMUNIDAD INTENTÓ LINCHARLO
En la mañana del lunes 24 de febrero, en el sector de Río Negro, el creador de contenido Alberto Obando registró en video el momento en que la Policía Metropolitana de Bogotá arrestaba a un delincuente que, minutos antes, había robado violentamente un celular a una joven en la avenida Suba.
El hecho ocurrió cuando la víctima transitaba por la zona y fue interceptada por el ladrón, quien la amenazó y le arrebató el dispositivo. Sin embargo, la rápida reacción de varios ciudadanos que presenciaron el robo permitió que el delincuente fuera perseguido y reducido antes de llegar al semáforo de la calle 92. Conductores, motociclistas y transeúntes se unieron para evitar su fuga, y con una mezcla de indignación y frustración, intentaron hacer justicia por mano propia.
La multitud enfurecida intentó linchar al sujeto, pero la rápida intervención de la Policía impidió que fuera golpeado. No obstante, los ciudadanos, en protesta por la inseguridad desbordada en la capital y la impunidad que suele rodear este tipo de casos, destruyeron la motocicleta en la que se movilizaba el delincuente. Posteriormente, las autoridades procedieron con la requisa del capturado y descubrieron que tenía en su poder varios celulares hurtados, lo que indicaba que no era un robo aislado, sino que probablemente hacía parte de una estructura delictiva dedicada al hurto de dispositivos móviles.
Tanto el delincuente como la víctima fueron trasladados al CAI más cercano para la respectiva judicialización. Mientras tanto, la comunidad manifestó su preocupación ante la creciente ola de robos en la ciudad y la aparente facilidad con la que los delincuentes actúan, muchas veces reincidiendo sin mayores consecuencias legales.
CIFRAS
El robo de celulares en Bogotá se ha convertido en un problema de seguridad crítica. De acuerdo con datos recientes de las autoridades, a diario se reportan más de 300 casos de hurto de dispositivos móviles en la capital, con modalidades que van desde el raponazo en la calle hasta asaltos a mano armada en el transporte público. Bandas organizadas se han especializado en este delito, aprovechando la alta demanda de teléfonos en el mercado negro y la facilidad con la que pueden ser comercializados dentro y fuera del país.
A pesar de los esfuerzos de la Policía y campañas de prevención, los ciudadanos siguen siendo víctimas de esta problemática, que en muchos casos deja no solo pérdidas materiales sino también agresiones físicas e incluso muertes. Casos como el ocurrido en Río Negro reflejan el hartazgo de la población, que, ante la ineficiencia del sistema judicial, opta por hacer justicia con sus propias manos. Las autoridades insisten en que no se debe recurrir a la violencia, pero la falta de respuestas efectivas hace que la ciudadanía busque soluciones desesperadas.
