El verano de 2025 marca un antes y un después en Europa. La ola de calor que azota a España, Portugal, Francia e Italia ahora se desplaza hacia Alemania con temperaturas de hasta 40 °C, mientras que en el sur del continente el termómetro ya ha superado los 43 °C. La Organización Meteorológica Mundial advirtió que estos episodios se volverán la nueva norma por efecto del cambio climático. Calor asesino: Europa enfrenta su verano más intenso por crisis climática.
España reporta su junio más caluroso de la historia, con una temperatura media de 23,6 °C. Portugal alcanzó los 46,6 °C en la ciudad de Mora. En París, el gobierno activó alerta roja por primera vez en cinco años. El calor colapsó servicios de salud, provocó muertes, incendios y obligó al cierre de escuelas, monumentos y zonas de trabajo al aire libre.
Calor extremo, el «asesino silencioso» del cambio climático
La ONU lo advirtió: el mundo deberá aprender a convivir con olas de calor más frecuentes, intensas y peligrosas. Clare Nullis, portavoz de la OMM, aseguró que el calor extremo ya actúa como un “asesino silencioso”, muchas veces infrarrepresentado en las estadísticas. “Tenemos las herramientas para salvar vidas, pero la acción aún es insuficiente”, señaló.
Durante esta semana, más de 1.300 escuelas cerraron en Francia. El último piso de la Torre Eiffel fue clausurado por seguridad. Alemania activó alertas de calor en todo su territorio. En Italia, varias regiones prohibieron el trabajo al aire libre tras la muerte de un obrero en Emilia Romaña.

Además, los hospitales en ciudades como Roma, Milán y Florencia reportan aumentos del 5 al 20 % en ingresos por descompensaciones, insolaciones y golpes de calor. Las víctimas más afectadas: ancianos, personas solas y pacientes crónicos.
Pobreza energética agrava la crisis: sin el aire acondicionado; Calor asesino: Europa enfrenta su verano más intenso por crisis climática
Mientras algunos enfrentan el calor desde casas refrigeradas, otros no tienen esa opción. En España, Julia Muñoz, trabajadora de 60 años, lo resume con crudeza: “No ponemos el aire acondicionado porque no alcanza. La pobreza energética nos afecta a todos”.

La desigualdad marca el impacto del cambio climático. Quienes carecen de recursos enfrentan un riesgo mayor de morir por causas asociadas al calor. Esta realidad obliga a repensar políticas de salud pública, urbanismo y energía ante un clima que se vuelve cada vez más hostil.
Los científicos coinciden: si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, las olas de calor seguirán aumentando en duración, frecuencia y letalidad.
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Europa siente el pulso mortal del calentamiento global
Lo que ocurre en Europa no es una anomalía, es la evidencia viva de un planeta en crisis. El calor no da tregua. Las olas de calor ya no son fenómenos puntuales, sino consecuencias directas del calentamiento global. Cada grado cuenta. Y cada día que pasa sin acción climática contundente agrava un escenario que ya se cobra vidas.
Intensa ola de calor azota gran parte de Europa con temperaturas de hasta 40 grados
— DW Español (@dw_espanol) July 2, 2025
En Francia, las autoridades informaron que dos personas murieron a causa de enfermedades relacionadas con el calor y más de trecientas han recibido atención de los equipos de emergencia. /jr pic.twitter.com/keVrqCKVXi
Europa atraviesa una emergencia. Pero el mensaje es global: el cambio climático no espera y ya afecta cada rincón del mundo.
El verano de 2025 pasará a la historia como una advertencia ineludible. Las olas de calor ya no son eventos aislados, son la nueva normalidad en un planeta que arde. Europa lo sufre hoy, pero el mensaje es universal: sin decisiones urgentes frente al cambio climático, las temperaturas seguirán subiendo, las emergencias se repetirán y las consecuencias serán aún más devastadoras. La ciencia ya no pide atención, exige acción.