Cambiar mocasines por pantaneras

Nos parece muy pertinente y responsable la iniciativa de la vicepresidente del Concejo payanés, Rosalba Joaquí Joaquí, quien solicitó agendar la revisión de los puntos del acuerdo que se encuentran establecidos con la comunidad de la vereda La Yunga, al occidente de la capital caucana, resultado de la reunión sostenida allí con los diputados de la Asamblea caucana. La corporada consideró fundamental que en la plenaria se vuelvan a tratar estos puntos, 33 en total, por la relevancia del tema, tanto por el lado de los ciudadanos payaneses, como por las necesidades de los habitantes de este sector rural de que se cumpla con rigurosidad con lo acordado. Si bien la mayoría de los payaneses conocen esta situación, creemos que es necesario contextualizar brevemente. En la vereda La Yunga se localiza el relleno sanitario Los Picachos, donde van a parar los residuos de Popayán y otros municipios del Cauca. La comunidad en su momento aceptó la instalación del relleno a cambio de varias obras de infraestructura, entre otros compromisos. Por supuesto, la mayoría de los compromisos fueron incumplidos y Popayán ha sufrido varias crisis sanitarias de suma gravedad, con toneladas de basuras por las calles durante varios días como un gigantesco muladar.
¿Y todo por qué?, por el incumplimiento de la mayoría de acuerdos pactados entre las autoridades y la comunidad de las veredas aledañas al relleno. Éstas no tuvieron más remedio que impedir el paso de los camiones de residuos de Popayán y los otros 14 municipios que lo utilizan.
De ahí la importancia del trabajo preventivo que promueve la concejal Joaquí, para adelantarse de alguna manera, a la ocurrencia de las vías de hecho. Es muy importante que la Administración de la cara. Si se hubiera tenido esa posición conciliadora y preventiva, seguro se habría evitado la crisis de la basura. Pero nunca se hace, no existe la cultura de la prevención en los gobiernos; las autoridades siempre llegan a apagar el fuego, cuando las llamas ya han hecho el daño. Esperemos que esta vergonzosa situación no vuelva a ocurrir, por bien nuestro. Y del alcalde y el gobernador que hace unos meses tuvieron que cambiar sus mocasines por botas pantaneras para conjurar el bloqueo.