Chile a cincuenta años del golpe

Vía RT por Carmen Parejo Rendón.

Entre octubre de 2019 y marzo de 2020 se produjo en Chile un estallido social que hizo temblar al país andino y puso sobre la mesa la necesidad de articular una nueva Constitución que acabase con el continuismo plasmado en la Carta Magna heredada por la dictadura. Sin embargo, este continuismo no es exclusivamente un asunto jurídico o político, sino que también afecta de forma determinante a la estructura social, económica e ideológica del Estado chileno. Un análisis de Chile a cincuenta años del golpe.

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Lo cierto es que estas protestas se inician por la subida de la tarifa del sistema de transporte público de Santiago. Sin embargo, durante las movilizaciones se pusieron sobre la mesa las múltiples problemáticas estructurales que afectan al país.

En 1970, la banda chilena Inti-Illimani ‘musicalizó’ el programa de gobierno de Salvador Allende, rindiendo homenaje a su triunfo electoral. En la canción ‘Vals de la educación para todos’ se desatacaba la necesidad de la reforma universitaria para que estudien los hijos del pueblo trabajador.

Durante el estallido social se puso sobre la mesa las múltiples problemáticas estructurales que afectan al país.

El sistema educativo como ejemplo

Hoy por hoy, el sistema de educación chileno es uno de los más deficientes a nivel mundial, ya que está caracterizado por el elitismo que profundiza la ya de por sí severa desigualdad en el país.

La polarización en torno a superar la Constitución pinochetista por parte de la izquierda oficial se quedó en lo anecdótico con el triunfo del Gobierno de Gabriel Boric, una izquierda descafeinada, de clase media y asustadiza, que no ha sabido o querido entender las exigencias de base del estallido social.

Finalmente, aunque se ha iniciado un proceso constituyente, este ha quedado limitado a las opciones actualmente vigentes. Con una mayoría del Partido Republicano, trágicamente podemos decir que, sea cual sea el resultado, en este 50.º aniversario los pinochetistas volvieron a asestar un golpe contra el pueblo.

Si bien el fantasma de Pinochet (Chile a cincuenta años del golpe) sigue recorriendo los rincones profundos de Chile, el fantasma de Allende también está presente. Cincuenta años después del golpe, Chile enfrenta su hilo histórico. Solo un trabajo profundo sobre la base que está siendo cuestionada conseguirá abrir de nuevo las grandes alamedas.