
Desafortunadamente en Popayán nunca ha faltado la gente presta a señalar y criticar los actos de los demás, sin razones sólidas, sin argumentos, sin objetividad. Solo movidos por un ánimo destructivo y emocional. Es decir como alguien me cae mal, todo lo que diga o haga está mal. Es un sesgo muy dañino porque no permite cohesión para buscar entre todos, la solución a los problemas que nos afectan como sociedad.
Además no es objetivo porque en el caso de los gobernantes, no todas las acciones son negativas, ni todas pueden ser de utilidad. Siempre habrá un margen de error a la hora de tomar decisiones.
La lona blanca del Anarkos
Nos referimos al tema de los detractores del alcalde de Popayán que han salido a crucificarlo en redes sociales, por la lona blanca que se decidió instalar, para disimular un poco las ruinas del antiguo centro Comercial Anarkos, ahora que estamos en plena Semana Santa. Convengamos en que tal medida no es la ideal, por supuesto. Eso resulta demasiado obvio. Hace tiempos se debió haber gestionado la demolición de esa inmensa mole de cemento que afea y deteriora la ciudad. Pero no se trata de un asunto en el que la alcaldía de Popayán tenga la plena capacidad de decidir. Es un bien privado, con muchos propietarios particulares. Es un problema complejo, jurídicamente. Entonces, en ese escenario, cuando no se ha podido resolver el destino de las ruinas, solo quedan dos opciones, hacer o no hacer nada respecto a su presentación, pues la suspensión de las procesiones de Semana Santa, no es una opción.
Una solución
Y desde la alcaldía se pensó en cubrir las paredes con unas lonas blancas, lo cual desde nuestra perspectiva y teniendo en cuenta la imposibilidad de una solución de fondo, nos parece una decisión creativa y oportuna. Si no se hubiera hecho nada, para al menos disimular el edificio ruinoso, le hubieran caído igual una lluvia de críticas al alcalde. Es una solución de maquillaje, de acuerdo, pero al menos salimos del paso (nunca mejor dicho), y se consigue disimular un defecto, y permite realizar las procesiones con cierto decoro, y por lo tanto se consigue el objetivo.
Ahora, desde ya debe existir un plan prioritario para que la próxima Semana Santa no tengamos que volver a recurrir a las lonas blancas. Eso debemos tenerlo muy claro.