Identificar a tu perro con un microchip es más que una medida de seguridad: es un acto de responsabilidad. Este pequeño dispositivo electrónico se implanta bajo la piel del animal y contiene un número único asociado a una base de datos con los datos del propietario. Gracias a esta tecnología, miles de mascotas perdidas logran reencontrarse con sus familias cada año.
¿A qué edad se le puede poner el microchip a un perro?
El microchip puede colocarse a partir de las 8 semanas de vida, aunque muchos veterinarios recomiendan hacerlo entre las 8 y 12 semanas, cuando el cachorro recibe sus primeras vacunas. A esa edad, su organismo ya está lo suficientemente desarrollado como para recibir el microchip sin molestias.
Es importante destacar que no es necesario anestesiar al animal, ya que la aplicación es similar a una vacuna: rápida, segura y prácticamente indolora.
Un procedimiento simple con grandes beneficios
El microchip se implanta mediante una aguja especial en la zona del cuello, entre los omóplatos. No requiere cirugía ni cuidados posteriores. Además, no se desgasta ni se mueve con el tiempo, lo que garantiza su funcionamiento durante toda la vida del perro.
Contar con un microchip no solo facilita la localización del animal si se pierde, sino que también es necesario para acceder a servicios como viajes, trámites legales o participación en eventos caninos.
Una obligación legal en muchos países
En países como España, Argentina o México, el uso del microchip es obligatorio. En general, la ley exige que el perro esté identificado antes de cumplir los 3 meses de edad o al aplicarse la vacuna contra la rabia.
Registrar a tu mascota también permite demostrar su tenencia legal, especialmente en razas potencialmente peligrosas o en casos de adopción.
Conclusión
Si tienes un cachorro en casa, consulta con tu veterinario para coordinar la colocación del microchip. Es un paso sencillo que protege a tu mascota, te da tranquilidad y contribuye a la tenencia responsable.