Sin la innovación de Ian MacLachlan, Moderna y Pfizer no podrían introducir de forma segura sus vacunas de ARNm en las células. Entonces, ¿por qué casi nadie reconoce las contribuciones del bioquímico canadiense o pagan un centavo en regalías?
En el verano de 2020, mientras la pandemia se propagaba, infectando a más de 200,000 personas al día en todo el mundo. La vacuna Pfizer-BioNTech se diseñó con tecnología de ARN mensajero que instruye al sistema inmunológico del cuerpo a combatir el coronavirus. Pero para introducirlo de forma segura en las células humanas, era necesario envolver el ARNm en fragmentos microscópicos de grasa conocidos como lípidos. La planta de fabricación austriaca era uno de los pocos lugares en la tierra que producía las nanopartículas lipídicas necesarias, y Bourla insistió en que Şahin lo acompañara personalmente para lograr su cometido.