El aedes aegypti es uno de los vectores más peligrosos

El zika y la malaria, un desafío global

Ahora que la fiebre amarilla es la enfermedad contagiosa de moda, gracias a la crisis de salud que que ha formulado el presidente de la República, Gustavo Petro, bien viene hablar de otras enfermedades transmitidas por vectores que son tan riesgosas como el paludismo.

Bien podría el Jefe de Estado tomar nota y crear una mega crisis de salud. Veamos.

Mosquitos y caracoles, diminutos pero letales, se erigen como vectores de enfermedades que amenazan la salud pública. Las arbovirosis, transmitidas por estos organismos, representan un desafío global, con el dengue a la cabeza. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre el aumento de casos y la necesidad de medidas preventivas urgentes.

Factores de riesgo: Un cóctel peligroso

La vulnerabilidad ante estas enfermedades se incrementa por factores individuales y macroambientales. La edad, el sistema inmunológico y la nutrición juegan un papel crucial. Pero el crecimiento poblacional descontrolado, la urbanización precaria, la pobreza y el cambio climático exacerban la situación. La migración y el turismo, con la movilidad que implican, también contribuyen a la propagación.

Prevención: La mejor defensa

Ante la amenaza, la prevención es la clave. La OMS recomienda el uso de repelentes, ropa de manga larga y mosquiteros. Eliminar los criaderos de mosquitos, como el agua estancada en llantas o floreros, es fundamental. La fumigación y el manejo adecuado de desechos sólidos complementan la estrategia.

Enfermedades: Un enemigo conocido

El dengue, con sus variantes, es la arbovirosis más extendida. El zika, peligroso para embarazadas, y el chikungunya, con sus dolores articulares debilitantes, también preocupan. La malaria, potencialmente mortal, y la leishmaniosis, que afecta piel y órganos, completan el panorama.

Responsabilidad compartida: Un llamado a la acción

La lucha contra las enfermedades transmitidas por vectores es una responsabilidad compartida. Autoridades, profesionales de la salud y ciudadanos deben trabajar en conjunto. La información, la prevención y la acción oportuna son las armas para proteger la salud individual y colectiva.