Senadora critica a la administración por caos tras lluvias.
Las fuertes lluvias que azotaron Bogotá el sábado 29 de marzo causaron estragos en distintas zonas de la ciudad. Varias vías principales quedaron completamente anegadas, dificultando el tránsito de vehículos y generando peligro para motociclistas y peatones. En algunas áreas, el agua alcanzó niveles alarmantes, dejando atrapados a conductores y causando caos en el tráfico.
A lo largo de la jornada, organismos de gestión del riesgo y residentes reportaron el colapso del alcantarillado en múltiples puntos, lo que evidenció una vez más las fallas en la infraestructura pluvial de la ciudad. A pesar de las constantes emergencias por lluvias que enfrenta Bogotá cada año, las soluciones parecen insuficientes, y la falta de mantenimiento en los sistemas de drenaje agrava aún más la situación.
Frente a esta crisis, la senadora del Pacto Histórico, María José Pizarro, lanzó duras críticas a la administración de Carlos Fernando Galán. Según la congresista, la situación que enfrenta la ciudad no es solo producto del cambio climático, sino de decisiones políticas que han priorizado el desarrollo urbanístico sin considerar su impacto ambiental.
Pizarro argumentó que Bogotá sufre actualmente un racionamiento de agua por la falta de lluvias en los embalses, pero al mismo tiempo se inunda cada vez que llueve. Para ella, esto es consecuencia de una planificación deficiente, donde la expansión urbana ha eliminado cerca del 90% de los humedales, ecosistemas clave para la absorción y regulación del agua en la ciudad. «Se ha privilegiado el cemento sobre la sostenibilidad», afirmó la senadora, señalando que la reducción de estos espacios naturales ha aumentado la vulnerabilidad de la ciudad ante las lluvias.
La crisis ambiental y la falta de prevención
Además del deterioro de los ecosistemas urbanos, Pizarro criticó la ausencia de estrategias efectivas para mitigar las consecuencias de las lluvias en Bogotá. Según ella, la administración de Galán no ha tomado medidas contundentes para evitar que las calles se conviertan en ríos cada vez que cae un aguacero, y la falta de inversión en infraestructura pluvial está afectando directamente la calidad de vida de los ciudadanos.
Los problemas de drenaje no son nuevos en la ciudad, pero cada vez parecen más graves debido a la expansión descontrolada de la mancha urbana. La legisladora insistió en que la falta de espacios verdes y la construcción indiscriminada en zonas sensibles han agravado la crisis. «Bogotá necesita una planificación urbana responsable que respete el equilibrio ambiental y garantice soluciones a largo plazo», aseguró.
¿incapacidad para responder?
Las imágenes de calles inundadas han generado indignación entre los ciudadanos, quienes exigen respuestas concretas de la administración distrital. Mientras el invierno apenas comienza, la preocupación crece ante la posibilidad de nuevas emergencias. La congestión vehicular, los daños materiales y el riesgo para los habitantes son cada vez más evidentes, y la falta de medidas preventivas solo agrava la situación.
Pizarro reiteró que la capital necesita un replanteamiento profundo de su modelo de desarrollo, en el que se prioricen soluciones ambientales y una infraestructura resiliente a las lluvias. En su opinión, el problema no es solo la cantidad de agua que cae, sino la forma en que la ciudad ha sido diseñada para manejarla. Sin humedales, con drenajes deficientes y con suelos cada vez más impermeables, Bogotá seguirá viviendo crisis climáticas sin soluciones reales.
La senadora concluyó su intervención advirtiendo que, si no se implementan cambios estructurales, Bogotá continuará enfrentando emergencias similares en cada temporada de lluvias. La falta de planificación y la destrucción de ecosistemas clave han convertido a la ciudad en un lugar donde cada aguacero se convierte en una amenaza.
Los ciudadanos siguen esperando que la administración distrital responda con medidas concretas y efectivas. Mientras tanto, las inundaciones seguirán siendo un recordatorio de las consecuencias de una mala gestión urbana y ambiental.