¿Está mal tratar a tu perro como un hijo?

¿Está mal tratar a tu perro como un hijo?
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Cada vez más personas llaman «perrhijo» a su mascota (perro) y la tratan como si fuera un niño. Ropa, carriolas, fiestas y una atención constante son parte de este fenómeno creciente. Aunque esta muestra de amor puede parecer inofensiva, ¿qué dicen los expertos sobre esta tendencia?

¿Qué significa tratar a un perro como a un hijo?

El término «perrhijo» surge del cariño profundo que muchos dueños sienten por sus mascotas. Más allá de los mimos y cuidados, implica tratarlos como si fueran niños humanos: hablarles como bebés, vestirlos constantemente, no permitirles ensuciarse o relacionarse con otros perros.

Lo bueno: cariño, cuidados y conexión

Los especialistas coinciden en que brindar afecto a un perro mejora su calidad de vida. Los perros que reciben atención constante suelen tener chequeos veterinarios regulares, alimentación adecuada, juguetes, paseos y una conexión emocional fuerte con su familia humana.

Esta relación también beneficia a las personas: reduce el estrés, la ansiedad y promueve rutinas saludables.

Lo malo: sobreprotección y confusión emocional

El problema aparece cuando el amor se convierte en sobreprotección. Proyectar emociones humanas en un perro puede afectarlo negativamente. No dejarlo explorar, jugar con otros perros o establecer límites puede generar problemas de comportamiento como ansiedad por separación, inseguridad o agresividad.

Además, muchos dueños olvidan que los perros necesitan rutinas, ejercicio, liderazgo y socialización según su especie, no suplantar un rol humano.

Lo que dicen los expertos

Etólogos y veterinarios coinciden: amar a tu perro está bien, pero debes respetar su naturaleza. La humanización excesiva puede confundirlos y provocarles estrés. Trátalo con amor, sí, pero también con estructura, espacio y comprensión de su lenguaje y necesidades.

Conclusión: amor con respeto a su especie

Tener un «perrhijo» no es algo negativo si se entiende desde el equilibrio. El cariño debe ir de la mano con el conocimiento. Un perro feliz no es el que vive como un niño humano, sino el que vive como perro… querido, respetado y comprendido.

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