De acuerdo con el informe Global de Fraude y Riesgo elaborado por la consultora Kroll, el tercer país de Latinoamérica con mayor corrupción empresarial es Colombia.
En ese orden de ideas, según el informe, 7 de cada 10 compañías en los últimos tres años han abierto investigaciones internas por conductas relacionadas con fraude, soborno, lavado de activos, entre otros tipos de trampa a la ley.
Igualmente, según las cifras oficiales más recientes de Transparencia por Colombia, este tipo de hechos creció un 15 % en el primer semestre del año frente al mismo periodo de 2023.
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Agrega el estudio que las organizaciones de los sectores de transporte, ocio y turismo, entidades financieras y telecomunicaciones fueron las más comprometidas por estas malas prácticas.
Los casos
Particularmente, los casos de corrupción más frecuentes en las empresas grandes se relacionan con el pago para agilizar trámites, la manipulación en materia de contratación (tanto pública como privada), y las donaciones políticas.
En las Pymes y los emprendimientos se presentan más hechos asociados con la evasión de impuestos y fraudes internos.
Además, ante este preocupante panorama, las compañías han comenzado a endurecer sus controles financieros y sus departamentos comerciales y de compras están siendo más estrictos en las negociaciones con terceros, en especial con proveedores, aliados estratégicos y clientes.
Sin embargo, aún preocupan algunos vacíos que favorecen la presencia de diferentes conductas de corrupción que amenazan su operación y reputación.
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Programas anticorrupción empresarial
Este tipo de programas se componen de un conjunto de políticas y procedimientos que abordan no solamente los riesgos de corrupción y soborno, sino también las conductas contrarias a la ética y a la transparencia que se pueden presentar al interior de una organización, de conformidad con su actividad económica, utilidades y equipo de trabajo.
Aseveró que “esto le permitirá tener un primer panorama respecto al marco general a implementar al interior de la empresa, en materia de ética y transparencia”.
También hay que evaluar los riesgos de corrupción que atenten contra la ética empresarial, y que se podrían llegar a materializar en el desarrollo de la operación económica y la cadena de valor de la organización.
Así mismo, definir procedimientos relacionados con las donaciones, contribuciones políticas, conflictos de interés, regalos e invitaciones a terceros y establezca los lineamientos que se deben tener en cuenta para mantener vínculos comerciales transparentes y éticos de manera clara y sencilla, entre otros.