Liam soñaba con ayudar a las personas, mientras tuviera la oportunidad; Liam tenían 11 años y era muy inteligente, de hecho soñaba con ser médico.
Un día sintió un fuerte dolor de cabeza, y cuando fue al doctor junto a su madre, este les dijo que el pequeño tenía cáncer cerebral en una etapa que difícilmente podía curarse.
Cuando Liam se enteró, tomo una decisión inesperada, él decidió que al morir todos sus órganos sanos fueran donados a quienes los necesitaran.