La violencia en Colombia

Los impactos negativos de la violencia en el desarrollo económico y social no se limitan a estos “gastos incurridos” que ocupan valiosos recursos que podrían utilizarse en proyectos de salud y educación, sino que incluyen la reducción de la productividad de la fuerza de trabajo, reducciones en la acumulación de capital humano y capital social y reducciones en las tasas de ahorro e inversión”.
Violencia en Colombia
Violencia en Colombia

La gente está cansada de la violencia, hay un clamor social general. Quiere llevar a sus hijos a la escuela y estar tranquila; trabajar y llevar un sustento a casa, sin que la muerte se le atraviese en el camino.
Pero hay unos pocos, o por lo menos la minoría, que no entienden o no son capaces de visualizar una sociedad sin violencia, o porque ya se han acostumbrado a ella y la consideran un elemento habitual en el paisaje vital o porque disfrutan infringiéndola.

Sin necesidad

Somos violentos porque hemos aprendido equívocamente que la violencia es necesaria, porque no podemos resolver las diferencias sin ella, porque es la moneda de cambio, porque es la manera de imponer nuestra voluntad sobre el otro.
La violencia es una tara que impide a los individuos desarrollar sus propósitos vitales y además trunca los objetivos de bienestar de la sociedad en su conjunto. Tanto así que el impacto de la violencia tiene efectos económicos tasados. Lo dice el Banco Interamericano de Desarrollo, “La violencia representa costos monetarios directos para los gobiernos de la región que alcanzan varios puntos del producto interno bruto.
Los impactos negativos de la violencia en el desarrollo económico y social no se limitan a estos “gastos incurridos” que ocupan valiosos recursos que podrían utilizarse en proyectos de salud y educación, sino que incluyen la reducción de la productividad de la fuerza de trabajo, reducciones en la acumulación de capital humano y capital social y reducciones en las tasas de ahorro e inversión”.

El costo social

“El uso o amenaza de uso de la fuerza física o psicológica, con intención de hacer daño y en sus varias manifestaciones (homicidio, robo, secuestro, violencia doméstica) es uno de los mayores obstáculos al desarrollo y bienestar de la población de América Latina. La región registra, después del África Subsahariana, las tasas de homicidio más altas del planeta (OMS, 2000). La violencia es un mal en sí mismo desde el punto de vista de los derechos humanos y la pérdida de años de vida saludable por parte de la población.

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