Lo que prometía ser un espacio de diálogo y participación para cientos de jóvenes en la Asamblea Nacional de Juventudes, celebrada en el Coliseo Mayor de Ibagué del 22 al 24 de noviembre, se convirtió en una experiencia caótica.
Un grupo de líderes juveniles denunció que cerca de 300 participantes resultaron intoxicados tras consumir alimentos en mal estado proporcionados durante el evento. Los afectados presentaron vómito, fiebre y diarrea, y algunos tuvieron que ser hospitalizados.
Diana Isabella Arenas, consejera de juventudes, afirmó: “Estoy con suero y extremadamente enferma debido a la gastroenteritis causada por la intoxicación. Nadie del Ministerio de la Igualdad se ha comunicado conmigo”.
Por su parte, Estiven Pérez, miembro de la Plataforma de Juventud, reportó 15 intoxicados en la delegación de Santander y expresó que los afectados llevan días en estado delicado.
A las complicaciones de salud se sumó el caos en el transporte. Según Pérez, el regreso a sus regiones se retrasó debido a problemas de pago a los conductores de los 40 buses contratados para el evento.
Aleider Amaya Alarcón, uno de los conductores, explicó: “Nos prometieron el pago restante al iniciar el trayecto, pero no cumplieron. Esto nos obligó a detenernos por horas mientras se resolvía la deuda”.
Los jóvenes afectados manifestaron angustia, especialmente quienes necesitaban atención médica urgente.
El evento contó con la presencia de la vicepresidenta Francia Márquez, pero generó descontento que el presidente Gustavo Petro no asistiera. William Molina, un consejero juvenil conocido por exigirle acciones concretas al mandatario en el pasado, expresó su decepción: “Era una oportunidad para dialogar sobre políticas públicas para los jóvenes, pero nos quedamos sin respuestas”.
El Ministerio de la Igualdad reconoció fallos logísticos, justificándolos por la magnitud del evento, pero afirmó que atendieron los requerimientos de los jóvenes. Sin embargo, los testimonios de los asistentes pintan un panorama de desorganización y abandono.
Esta situación ha dejado en evidencia la necesidad de mejorar la planificación de eventos de gran escala para garantizar la seguridad y el bienestar de los participantes.