La sequía está causando estragos en la selva tropical de la Amazonía en Brasil, llevando a algunos de sus ríos a niveles históricos mínimos. Impactantes imágenes del río Negro, uno de los principales afluentes del Amazonas, muestran la drástica disminución de su caudal.
En junio y principios de julio, cuando The Associated Press fotografió el río Negro y sus alrededores, este tenía una profundidad de cerca de 27 metros en el puerto de Manaus. Sin embargo, en solo tres meses, esa cifra se ha reducido casi a la mitad, alcanzando los 13,9 metros el pasado jueves. Si esta tendencia continúa, se prevé que el nivel del río Negro rompa en pocos días el récord histórico del menor nivel registrado en 122 años. El récord anterior se estableció el año pasado, hacia finales de octubre.
El río Negro, que drena aproximadamente el 10% de la cuenca amazónica, es el sexto río más grande del mundo en términos de volumen de agua. Manaus, la mayor ciudad en la selva tropical, es el punto donde el río Negro se une al Amazonas, conocido en Brasil como el Solimoes.
Las comunidades ribereñas cercanas a Manaus y otras zonas de la Amazonía han quedado aisladas por la sequía. Las autoridades están distribuyendo agua potable y sistemas de purificación para aliviar la situación. Los barcos de pasajeros y carga enfrentan serias dificultades para navegar debido a los bajos niveles de agua. La federación de pesca del estado de Amazonas ha advertido que el acceso limitado a las áreas de pesca tradicionales amenaza los medios de subsistencia de los pescadores, lo que está reduciendo la disponibilidad de alimentos y elevando los precios. El costo de bienes esenciales, como el agua embotellada, también ha aumentado en las áreas más remotas.
Si bien los niveles de agua en la Amazonía brasileña fluctúan naturalmente con las estaciones de lluvia y sequía, la situación actual es inusual. En esta época del año, el río Negro debería tener una profundidad aproximada de 21 metros en el puerto de Manaus, según el servicio geológico brasileño. Todos los principales ríos de la región están en niveles críticos, pero el más afectado es el río Madeira, el afluente más largo del Amazonas.
El lunes pasado, en Porto Velho, la medición del río Madeira registró apenas 25 centímetros de profundidad, un récord desde que se empezaron a monitorear los niveles en 1967, y más de tres metros por debajo del promedio histórico para esta fecha. Aunque el nivel del río aumentó ligeramente al día siguiente, se espera que las condiciones permanezcan críticas hasta bien entrado octubre.