Ubicado en un impresionante valle, este antiguo oasis ha dado origen a civilizaciones florecientes. Solo ahora, después de años cerrado a los extranjeros, empieza a revelar sus secretos.
Como fotógrafa, siempre me ha atraído la forma única en que la luz en el desierto se extiende, rebota en la arena y las rocas, e ilumina las llanuras.
Hay una quietud en estos paisajes que he llegado a anhelar, pero también me fascinan las relaciones que las personas construyen con los desiertos.
Los humanos han encontrado en Medio Oriente, durante milenios, formas de sobrevivir e incluso prosperar en estos entornos hostiles, y quizás en ningún lugar esta ingeniosa capacidad sea más evidente que en una de las cunas culturales más significativas de la Península Arábiga: AlUla (a veces escrito «al-Ula»).
Ubicado en el Valle de AlUla, entre las imponentes montañas de arenisca y granito de la región de Hijaz, en el noroeste de Arabia Saudita, este antiguo oasis ha sostenido la vida humana durante los últimos 200.000 años.