Si usted quiere un desayuno, con arroz, sopa, y proteína, le vale 6 mil pesos, en promedio, dependiendo del sitio de la ciudad y el tipo de establecimiento, porque claro, no es lo mismo comer en el Centro, en un barrio o en una galería. Si usted quiere prepararse un desayuno comprando dos huevos, tomates y cebolla, debe tener 3 mil pesos mínimo, y no se cuenta el arroz, ni el café, ni el gasto de gas o electricidad. La vida está cara.
A reventar
Pero el contraste se puede ver cuando se visitan establecimientos donde los precios no son nada populares, por decir algo Campanario, que maneja precios de otro tipo, para comer ahí por persona lo mínimo son 25 mil pesos. En esos negocios cualquier día de la semana hay mucha gente consumiendo, y los fines de semana están a reventar. Por otro lado, a simple vista, sin aspirar a análisis económico ni nada parecido: por las calles de Popayán, es difícil encontrar un carro feo, circulan muchos vehículos de alta gama, de esos que antes todo el mundo se paraba a mirar, pero que ahora apenas si llaman la atención. Y ni qué decir de los sitios de rumba más caros, esos están a tope los fines de semana, y si no ha reservado es mejor no aparecerse por allá.
En los barrios populares de Popayán, los de la gente trabajadora, donde antes se luchaba para conseguir un medio de transporte normalito, ahora parece que a muchos les ha tocado la lotería pues afuera de las casas tienen parqueadas camionetas y carros que no están al alcance de cualquiera.
Dinero circulante
Las pasadas navidades, en alguno de estos barrios, sin nombrar ninguno en particular, no vaya a ser que nos acusen de satanizarlos, había tal despliegue, no solo de camionetas, si no de parafernalia navideña, que se notaba la abundancia, había unas casas con iluminación de tal calado que iba desde el suelo hasta el tercer piso y la azotea, casas que antaño eran pequeñitas y que con el tiempo lograban una terraza, con la esperanza de un segundo piso, en algún futuro. Hay mucho circulante en Popayán, la plata no la producimos aquí, viene de otros lares y otros negocios, por eso comprarse un huevo y un tomate se nos hace cuesta arriba a los demás.