Una nueva joya cósmica se aproxima al sistema solar: 3I/ATLAS, un cometa interestelar que viajará a gran velocidad por nuestra vecindad celeste este octubre. Con un diámetro estimado de hasta 20 kilómetros, se trata del objeto interestelar más grande jamás detectado. Su visita no representa ningún riesgo para la Tierra, pero sí una oportunidad excepcional para la ciencia.

Un viajero de otro sistema estelar
El cometa fue detectado el pasado 1 de julio desde el desierto chileno de Río Hurtado, gracias a los telescopios del sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System). Inicialmente parecía un asteroide más, pero su órbita anómala y velocidad superior a los 209.000 km/h revelaron su verdadera naturaleza: un objeto expulsado desde otro sistema solar.
Los astrónomos lo nombraron 3I/ATLAS, en referencia a su origen interestelar (“I” por interestelar, “3” por ser el tercer objeto de este tipo detectado).
Octubres bajo su estela
Los cálculos indican que alcanzará su punto más cercano al Sol, o perihelio, el 29 de octubre de 2025. En ese momento será visible desde la Tierra con telescopios modestos. Los observadores aficionados ya se preparan para registrar su paso fugaz.
Aunque se desplazará más allá de la órbita de Marte, su brillo podría destacarse gracias al reflejo de la luz solar en su coma y cola compuesta de gases como dióxido de carbono y agua congelada.
Una reliquia del cosmos que no volverá
A diferencia de los cometas que retornan cíclicamente, este viajero no regresará. Su trayectoria hiperbólica indica que simplemente nos atraviesa en su viaje infinito. Para los astrónomos, es una fuente única de información: estos cuerpos conservan material intacto desde los inicios de su sistema de origen.
Además, permite estudiar fenómenos que no pueden reproducirse en la Tierra. 3I/ATLAS ya es objeto de observación global, y promete dejar una huella científica tan brillante como su estela.