Desde hace cien días, el señor Donal Trump actuando como presidente de los Estados Unidos decidió unilateralmente imponer impuestos a todas las importaciones que realiza ese país con el pretexto de defender su actividad industrial. Todos los países que integran el planeta fueron objeto de tal decisión sin consideración alguna. No importo que diversos países hubieran establecido acuerdos o tratados de libre comercio, o hubieran sido sus principales aliados en todas sus aventuras guerreristas. Esta decisión puso el punto final a la globalización para dar paso al proteccionismo siendo su efecto inicial su propio aislamiento de la comunidad internacional.
El establecimiento de las “tarifs” conlleva diversos efectos negativos no solo para los países que tienen a USA como su principal socio comercial porque les compraba materias primas o productos terminados. Además, comenzó una guerra comercial con aquellos países que generan economías de escala que les ha permitido producir a bajos costos y con mucha calidad. Estados Unidos, en el inmediato pasado el pregonero de la apertura y la competitividad ahora se enfrenta a su propio dogma (el libre mercado) porque países del sur global producen más, a más bajo costo, han sacado de la pobreza a su población y han logrado mejorar la producción, también, integrar las cadenas productivas y abiertamente ahora disputan el liderazgo en innovación y creatividad en todos los sectores económicos, les parece que esa fue una política equivocada y, que por lo tanto, para recuperar su liderazgo es oponérseles con el establecimiento de aranceles a todos los productos que son comercializados en el territorio americano.
El presidente de esa nación quiere con esta imposición de aranceles, llevar a su país de vuelta a los años cincuenta del siglo pasado, donde USA era el líder en la manufactura y en la industria en general. Con su eslogan de América primero ha tratado de reindustrializarlo creyendo que ese paradigma puede ser de nuevo construido y revitalizado en el suelo americano. Sin embargo, parte de supuestos que no son ciertos, que existe y está disponible la mano de obra calificada y que es posible pagar salarios equivalentes a los pagados en los países en desarrollo, o que es posible la extracción y procesamiento de materias primas e insumos, sin importar las externalidades en el medio ambiente, etc., Trump no tiene en cuenta que la deslocalización de la base industrial en USA se debió a que su mano de obra no quiere trabajar moviendo y haciendo cosas como en el pasado, es decir, no existe disponibilidad de mano de obra para comenzar una nueva reindustrialización (menos del 20% de la fuerza laboral está vinculada a la actividad industrial, mientras que la economía de los servicios vincula al 80%). Además, desconoce uno de los principios de la teoría económica que manifiesta que todos los países deben especializarse en aquello que tienen ventajas comparativas o competitivas.
Los Estados Unidos desde hace cincuenta años, es un país postindustrial, es una economía dominada por el sector de los servicios. El crecimiento de la economía de servicios o del conocimiento es lo que domina no solo el capital sino la vinculación de la mano de obra. No entender esta nueva realidad lo ha llevado al señor Trump ha cometer el error de insistir que USA debe ser el líder de una actividad decadente como es la manufactura sin entender que su capital humano esta altamente cualificado para la economía de servicios. El resultado de esta política no puede ser otro que el aislamiento, la incertidumbre, el riesgo y la perdida de credibilidad como un país serio para hacer negocios.
La imposición de aranceles ha desencadenado una perdida en los principales indicadores de la bolsa de Nueva York, llevando a grandes empresas a inmensurables perdidas de capital. Estos aranceles han conllevado a importantes empresas de equipo agrícola como John Deer, a desmantelar fábricas para establecerse en México. El mismo Google, esta en el proceso de salir de sus inversiones en USA hacia otros países, en resumen, el señor Trump esta consiguiendo el efecto contrario al deseado por él, cual es generar mas trabajo, mas industria y mas riqueza para ese país. Repetir que todos los países se han aprovechado de Estados Unidos no es sino una falacia porque desde que existen países se conoce que el intercambio comercial se hace mediante negociaciones en las cuales nadie trata de perder sino de ganar – ganar.
La caída de los indicadores en las principales bolsas del mundo, han generado una incertidumbre que ha precipitado a USA a una recesión. El señor Trump veladamente tiene el propósito de que la FED disminuya las tasas de interés, para posteriormente, disminuir los impuestos a los más ricos para ellos puedan decir que son los que generan trabajo y bienestar en esa economía. Siempre, se ha manifestado que es un gobierno de billonarios que no les importa el pueblo raso sino proteger al gran capital. Esta incertidumbre ha generado que países que tenían en su propiedad bonos del tesoro americano salgan al mercado de manera masiva, obligando a USA a tener que pagar mayores tasas de interés para mantener la credibilidad del dólar como divisa internacional. Ahora los inversionistas ya no creen que la mejor alternativa para sus inversiones sea adquirir dólares o menos bonos de deuda del gobierno americano. Todo el capital de los ricos de los países emergentes que están en los bancos americanos está migrando para los paraísos fiscales y preferiblemente adquiriendo oro como activo de refugio porque es el más demandado y el que mas ha subido en su precio. Colombia, eventualmente también será afectado por estas condiciones. Especialmente, para mantener la competitividad de sus exportaciones tendrá que depreciar el peso para mantenerlas.
Finalmente, es de manifestar que la política fiscal expansiva de USA traducida en la rebaja de impuestos, incrementar el gasto militar, disminuir el compromiso con la reserva federal puede llevar a tener tasas de interés más bajas que agravara el comercio internacional debido que el proteccionismo establecido con altos aranceles especialmente con Europa y china. Existe un riesgo de pérdida de valor en el dólar debido a que Estados Unidos tendrá que enfrentar la desconfianza y consecuentemente el debilitamiento del dólar. Esta decisión pone a las empresas armamentísticas como las ganadoras, las grandes corporaciones en sectores de tecnologías, pero aquellos países o empresas dependientes del comercio internacional serán las perdedoras.