Maratón Infantil de Verano, un gran legado para Popayán

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Ayer se dio inicio a la histórica Maratón Infantil de Verano en Popayán, en su versión número 56. Sería la 57 si no se hubiese atravesado la pandemia. De cualquier manera es un evento que se aproxima a las 6 décadas, con el mismo espíritu, ofreciendo un espacio deportivo para los jóvenes, de promoción para los futuros atletas. Con ese ejemplo tan maravilloso deberían hacerse más pruebas como estas a lo largo del año, que los pequeños de las nuevas generaciones entiendan que hay un mundo más allá del internet, los videos juegos y el teléfono celular. 
La historia dice que fue el señor Luís Arévalo Cerón, de origen nariñense quien tuvo la idea de crear la maratón. Es de lejos el evento atlético con mayor tradición en el departamento del Cauca, no solo por el tiempo, sino porque se ha convertido en una plataforma de lanzamiento de muchos talentos. En la Maratón de Verano empezaron muchos pequeños que luego se enamoraron del deporte base y emprendieron su carrera. Sin duda esa idea inicial del señor Arévalo Cerón ha representado uno de los aportes más importantes al deporte caucano. Y el trasfondo o la esencia de este evento no es solo la formación deportiva si no la formación de ciudadanos de bien a partir de los valores propios del deporte.
Por otro lado la maratón deja una gran impronta en la vida de los niños participantes. Está demostrado que la actividad física juega un papel fundamental en el desarrollo físico y psíquico de una persona. Además, fomentan en los más pequeños valores como la superación, el sacrificio, la entrega y la responsabilidad, entre otros.
La práctica del deporte en los niños, así como cualquier tipo de actividad física, ayuda a tener más conciencia del propio cuerpo y fomenta la autoestima. Si es en grupo, les integra en un entorno social saludable y les ayuda a aceptar los éxitos y los fracasos.
El deporte al aire libre es una fiesta. Desde las administraciones municipales se deberían promover más este tipo de actividades, pero no solo a nivel competitivo, dirigido especialmente a niños y adolescentes, pues está demostrado que muchos sucumben a los hábitos perjudiciales, cuyo abanico es amplio y tentador, por carecer de alternativas provechosas, especialmente en tiempos de ocio, de vacaciones, donde quedan a merced de la calle. Se acaba el colegio, vienen las vacaciones y muchos jóvenes no saben qué hacer con su tiempo, y el torrente de energía propio de la infancia y la juventud, puede volverse contra ellos mismos si no es canalizado convenientemente, y el deporte es por excelencia la mejor manera de hacerlo. Las ligas de las diferentes disciplinas deportivas deben salir a los barrios, deben entrar en contacto con los jóvenes, salir de los coliseos y las canchas de vez en cuando, para que los chicos entiendan que hay otro mundo más allá.