Un informe reciente de Unicef reveló que desde 2019 más de 1.000 niños, niñas y adolescentes han sido reclutados por grupos armados en Colombia, siendo Cauca el departamento con mayor número de casos verificados.
Una crisis que golpea especialmente a comunidades indígenas y afrocolombianas
Según Anna Azaryeva, representante adjunta de Unicef en Colombia, aproximadamente la mitad de las víctimas pertenecen a comunidades indígenas y afrocolombianas. Durante la presentación del informe anual de derechos humanos del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) en Popayán, Azaryeva hizo un llamado urgente:
“Deben parar ya el reclutamiento de menores en el país. Esto es urgente y tiene que acontecer ahora”.
La funcionaria enfatizó que ningún reclutamiento es voluntario y subrayó la responsabilidad del Estado colombiano para articular esfuerzos de prevención.

Aumento preocupante de los casos en Cauca
El informe del Cric señala que, en los últimos dos años, se registraron 606 casos de reclutamiento en territorios ancestrales, y solo en lo corrido de 2025 ya se contabilizan 18 incidentes.
Rosalba Velasco, consejera mayor del Cric, denunció que los grupos armados no solo se llevan a los niños por la fuerza, sino también usando engaños:
“Los motivan con fiestas, celulares, equipos deportivos y recursos para atraerlos a sus filas”.
¿Qué grupos son responsables?
De acuerdo con cifras de la Defensoría del Pueblo, en 2024 el Estado Mayor Central (EMC) fue el principal grupo responsable del reclutamiento de menores (135 casos), seguido por otras disidencias que sumaron 162 casos. Las edades de las víctimas oscilan entre tres y 17 años, según un informe de Naciones Unidas.

Un llamado internacional
Ante la gravedad de la situación, líderes del Cauca viajaron en marzo de este año a Bruselas, Bélgica, para denunciar el reclutamiento forzado ante instancias internacionales. Jhoe Sauca, consejero mayor del Cric, cuestionó:
“¿Cuál es la verdadera intención de paz de estos grupos cuando sus acciones contradicen sus palabras?”.
El reclutamiento de menores sigue siendo uno de los flagelos más dolorosos del conflicto armado en Colombia, y organizaciones como Unicef reiteran la necesidad de ofrecer alternativas educativas, laborales y de salud para proteger a los niños y adolescentes del país.