La portuguesa Sara Jorge fue, junto a su novio, la última pareja en ser rescatada por los bomberos en el trágico incendio que arrasó el jueves un bloque de apartamentos de 14 plantas en la ciudad española de Valencia.
«Pero le dije a mi novio: ‘Me niego a morir’. Lo que nos rodeaba nos decía que podría ocurrir, pero yo sabía que no era nuestro momento», relata la joven a la BBC.
Esta mujer de 26 años y su novio belga son la pareja que aparece en el dramático video del rescate del incendio del jueves en Valencia, en el que son salvados por los bomberos mientras las llamas arrecian a su alrededor al tiempo que, abajo, los espectadores aplauden lo que parece ser un milagro.
Hablamos con ella en el hotel adonde los trasladaron, en su primera entrevista con un periodista internacional.
Sara y su pareja estaban trabajando en su apartamento en la ciudad costera española cuando empezaron a escuchar sirenas. Se había producido un incendio en el edificio contiguo, de 14 pisos de altura.
En cuestión de minutos, el fuego había envuelto la torre. Su bloque estaba unido con el edificio en llamas por un puente, por lo que el incendio pronto se extendió también a su edificio, donde vivían en el octavo piso.
“Al principio pensamos que era algo mínimo porque no veíamos humo”, recuerda.
«Abrimos la puerta y un vecino nos dijo que bajáramos a la calle. Así que recogimos algunas cosas pero cuando salíamos, las dos chicas que vivían enfrente nos dijeron que todo parecía estar bajo control y que nos quedáramos en casa. Así que volvimos a entrar. Fue muy estúpido. Poco después, empezamos a ver el humo», agrega.
Cuando decidieron irse, el edificio ya estaba siendo devorado por el incendio y no podían avanzar por el pasillo.
El viento, que soplaba a unos 60 km/h, había cambiado de dirección y avivaba las llamas hacia su parte del edificio. Entonces saltaron a un balcón lateral.
«Nos negamos a abrazarnos porque eso era señal de rendirnos», cuenta.
«Nos dimos solo un pequeño beso. Y luego empezamos a ver a los bomberos venir hacia nosotros», dice.
La pareja pensó que el primer bombero que vieron comenzaría el rescate, pero resultó estar preparando la zona, rociándola con agua para que un segundo equipo pudiera avanzar.
Sara recuerda haber gritado repetidamente «ven y sálvanos» en medio de la confusión.
Durante más de una hora esperaron en el balcón tras romper el cristal para poder pasar. Finalmente, otro bombero llegó hasta ellos con una grúa.
Fueron la última pareja que se salvó de los restos en llamas de su torre. Diez personas murieron en el incendio.
«Solo nos dimos cuenta de que todo el mundo nos estaba mirando descender cuando llegamos abajo, y luego vimos el vídeo», dice.
Y añade: «Fue entonces cuando comprendimos lo afortunados que habíamos sido».
Dos días después, Sara asegura que se siente entumecida y todavía incapaz de exponer sus emociones.
Pero cuando ve a la pareja del apartamento vecino, las lágrimas brotan mientras se abrazan.
Manuel Díaz relata que su novia, que estaba en casa cuando comenzó el incendio, está en shock.
«Sentimos que libramos una batalla mental», asegura, «porque lo perdimos todo, pero estamos vivos. Y eso es lo más importante».