El Ministerio del Trabajo, a través de la Dirección de Riesgos Laborales presentó los resultados del informe: “Diagnóstico sobre las condiciones de seguridad y salud en el trabajo de la pesca artesanal y la acuicultura en municipios del Pacífico y el Urabá antioqueño”, que busca generar insumos para la construcción de un modelo que garantice la protección de la vida y dignifique el trabajo rural en esta población.
El diagnóstico participativo arroja la situación de los pescadores, las mujeres rurales que realizan la actividad y los oficios de la cadena de valor, vinculadas en su mayoría a las labores de limpieza, preparación y comercialización de los productos pesqueros, quienes no tienen un ingreso digno, ni acceso a los derechos de protección y seguridad social.
Los riesgos y peligros a los cuales están expuestos son: los biológicos (exposición a microorganismos, bacterias y hongos); los ergonómicos; físicos (exposición al sol y temperaturas extremas); psicosociales; químicos; públicos (presencia actores del conflicto armado y delincuencia organizada); y de seguridad (manipulación de cuchillos, machete, anzuelos, escamadores para la transformación del producto pesquero).
El informe también precisa que la gran mayoría de sus trabajadores y trabajadoras son informales y no están afiliados a un sistema de pensión y riesgos laborales, sólo cuentan con el régimen de salud subsidiado, Sisbén y los adultos/as mayores carecen de mecanismos de protección para la vejez.
Parte de la discusión del encuentro giró en torno en cómo asegurar que el trabajador de la pesca artesanal tenga cobertura en riesgos laborales, a lo que la viceministra de Relaciones Laborales, Luisa Fernanda Gómez Duque aseguró durante la apertura del evento en el Hotel Andes Plaza en Bogotá, que estas condiciones de trabajo centran la necesidad urgente de diseñar e implementar un modelo de aseguramiento y protección de riesgos laborales para la población rural, que les garantice un trabajo, proteger la vida y poder desarrollar esta actividad.
“En muchas ocasiones vivimos para trabajar, peor aún morimos y enfermemos en el trabajo. La posibilidad de construir proyectos a través de los cuales se prevengan los riesgos en seguridad y salud en el trabajo es proteger la vida y que no nos cueste la vida, sino que podamos ejecutar el trabajo para la realización del ser humano y no una negación de la buena vida”, precisó.
La construcción del diagnóstico territorial fue realizado por un equipo de La dirección de Riesgos Laborales, quien efectuó visitas en estos territorios en 2023 con actores institucionales, asociaciones, organizaciones de la sociedad civil, resguardos indígenas y con aportes de las/los pescadores de Guapi y Timbiquí (Cauca), Buenaventura (Valle del Cauca), Quibdó, Bahía Solano y Nuquí (Chocó) y Turbo, Necoclí y Apartadó (Urabá antioqueño).
Asimismo, se hizo un mapeo de información de actores claves en estos territorios, reuniones, grupos focales y recorridos por sus lugares de trabajo, plazas de mercado, poblados pesqueros y se sistematizó los primeros hallazgos sobre la protección, salud y seguridad en el trabajo de las personas vinculadas a esta actividad.
La directora de Riesgos Laborales, Diana Carolina Galindo explicó: “este diagnóstico no se debe quedar como insumo sino que las voces y reflexiones que contine, nos genere acciones para que de manera articulada nos permita proteger la vida, la integridad y la salud de los trabajadores que se dedican a la pesca artesanal”.
El líder pescador del Pacífico Colombiano, Luis Carlos Montaño Saa anotó: “este sector involucra un gran porcentaje de las personas que habitan en el territorio y pese a que esta vocación es muy productiva y es su principal economía, en donde la mujer tiene un rol importante, requiere de la protección y mejoramiento de las condiciones de trabajo para continuar desarrollando la pesca en estos territorios”.
El estudio que será replicado en los territorios también resalta que esta actividad es de alto riesgo por las condiciones y medios con los que realizan su trabajo como por ejemplo, el deterioro de sus artes de pesca y embarcaciones; los accidentes por hundimientos, volcamientos o colisiones; la escasez de las especies; dificultades para mantener la cadena de frío y su comercialización.