Un adulto mayor decidió acabar con su vida debajo de un puente en el norte de Popayán. La terrible escena de esta persona colgada bajo la estructura fue descubierta por algunas personas sin hogar, al parecer extranjeros, que pernoctan allí.
El que no quiere vivir más porque la existencia se le ha convertido en una tortura junto a los que se aferran a la vida, aunque sea tan miserable para acabar viviendo casi que en los subterráneos de una ciudad como Popayán.
El dolor humano
Allí en un solo espacio conviven unos seres que han ido quedando marginados de la sociedad. Los unos han llegado de tierras lejanas guiados por la esperanza de un porvenir mejor. Pero se encuentran de frente con el cuerpo que oscila en la madrugada, mecido por las corrientes de aire frías que provienen del río Cauca.
El murmullo de las aguas en medio de las sombras se levanta indiferente, como si la naturaleza aún agreste en esos rincones inhóspitos de la ciudad, no supiera del dolor humano.
El tema del suicidio va en aumento en el país y en el mundo entero. Cada año más de 700.000 personas se quitan la vida en el mundo, según la Organización Panamericana de la Salud, OPS. Y en Colombia los suicidios representaron la tercera causa externa de muerte, en el país, en promedio, 8 personas se suicidan al día, de acuerdo con datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Incremento
En comparación con el 2020, ha habido un importante incremento de los casos de muerte por suicidio, para el 2020 se reportaron 1.314 casos, y en 2021 en el mismo periodo de tiempo se han reportado 1.489 casos. Según especialistas hablar y orientar positivamente a quien tiene pensamientos suicidas puede ser el primer paso para la búsqueda de ayuda especializada y la prevención de un hecho infortunado. Pero las personas con algún tipo de trastorno mental como depresión, ansiedad o conflictos internos que dificultan su tranquilidad o generan confusión mental, temen a la opinión de los demás y a enfrentar prejuicios que los obligan a tratar de enfrentarlos en secreto.
Por Jair A. Dorado