Fallos judiciales, enfermedades y años de espera en las Subredes de Salud
En Bogotá, más de 500 excontratistas de las Subredes Integradas de Servicios de Salud siguen esperando, tras años de lucha jurídica, el pago de sus derechos laborales. Aunque ya existen fallos judiciales en firme que obligan a estas entidades públicas a pagar indemnizaciones, salarios pendientes, seguridad social y prestaciones, la mayoría de los afectados no ha recibido un solo peso.
Miriam Murcia, quien trabajó por años en el Hospital Simón Bolívar, cuenta que ganó una demanda laboral hace casi un año, pero el fallo aún no se ha cumplido. «Diez meses después, sigo esperando que me paguen», relata. Su caso no es aislado. Carolina Barguil, otra trabajadora de la salud diagnosticada con cáncer, vivió un proceso similar tras laborar en el Hospital Meissen. A pesar de un fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca a su favor, su cuenta bancaria sigue en ceros.
Una deuda que no se detiene
Según el abogado Jorge Enrique Garzón, quien ha acompañado múltiples procesos, la deuda acumulada supera los $300.000 millones. Algunas personas fallecieron sin ver un peso de lo que se les debía. Otros viven en condiciones precarias, vendiendo empanadas, haciendo costuras o dependiendo de terceros para sobrevivir.
La Secretaría de Salud argumenta que las Subredes tienen autonomía jurídica y presupuestos limitados. Saldar estas deudas, aseguran, podría comprometer recursos no previstos y generar afectaciones fiscales. Aunque algunas subredes, como la del Sur, han mostrado señales de recuperación financiera, el camino hacia el pago total aún parece lejano.
Renunciar a derechos para poder cobrar
A pesar de avances como la adopción de Programas de Saneamiento Fiscal, algunos fallos solo se pagan si los beneficiarios renuncian a derechos adquiridos, como intereses moratorios o costas judiciales, algo que muchos consideran injusto.
Este drama laboral, que se originó con la reestructuración del sistema hospitalario en 2016, ha afectado a cientos de profesionales que alguna vez sostuvieron el sistema de salud de la ciudad. Hoy, mientras el Distrito insiste en buscar equilibrio financiero, los extrabajadores siguen esperando que la justicia se cumpla más allá del papel.