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A pocos días del final del 2020, un año particularmente diferente por cuenta de la pandemia del COVID-19 y sumado a todos los cambios que ocurrieron para enfrentar el futuro, este 21 de diciembre el mundo volverá a mirar al cielo por cuenta de un espectáculo celestial protagonizado por la conjunción de Saturno y Júpiter.
Alberto Quijano Vodniza, el director del Observatorio Astronómico de la U. de Nariño, desmintió que esta conjunción entre los dos planetas Júpiter y Saturno de la que tanto se ha hablado sea la famosa 'Estrella de Belén'. Esa luz que según la religión católica guió a los reyes magos para llegar al portal a adorar al Niño Jesús. ( 6:20)
"Esta circulando un video por los diferentes medios de comunicación en el que se afirma que la conjunción entre Júpiter y Saturno es el indicio de la era de Acuario que va tener efectos muy notables en la vida del hombre. Eso es falso".
Agregó "Que hay una mala noticia para los creyentes del mundo esotérico sobre el inicio de la era acuario y ya que esta solo empezará hasta el 2148".
También el experto dio un parte de tranquilidad al mundo en medio de una difícil situación de salud pública y más por los nuevos anuncios de una nueva cepa que estaría infectado con mayor rapidez como lo que ocurre en Reino Unido debido a la nueva "mutación" que tiene en alerta máxima en Europa.
Quijano aseguró que el fenómeno que ocurrirá este 21 de diciembre no tiene nada que ver con el hombre.
El director del Observatorio Astronómico de la U. de Nariño fue enfático a la hora de afirmar que aún la famosa 'Estrella de Belén no se puede explicar.
"Se requiere mayor cantidad de evidencias para ser aceptados científicamente", explicó el físico.
Según Quijano "Lo importante del asunto es que Jesús de Nazaret nació efectivamente sin importar que se haya encarnado en nuestro planeta en otros mes ".
Además Quijano y quien conoce muy bien sobre estos temas aclaró que este tipo de fenómenos ocurren cada veinte años y entonces según la creencia "estaría naciendo dioses cada 20 años".
El fenómeno ocurre cada 20 años, pero muchas veces este fenómeno no se observó porque los planetas estaban muy cerca del sol. La última vez que se miró fácilmente, fue en la época de Galileo, hace 397 años.