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La vida de los padres de familia dio un giro inesperado en este año, pues ahora más que nunca están pendientes del progreso educativo de sus hijos, monitoreando sus clases virtuales y apoyándolos para que este nuevo formato virtual funcione.
Nadie esperaba que 2020 se convirtiera en un año de cambios trascendentales en la forma de trabajar, estudiar e incluso de divertirnos. La tecnología ha sido de gran ayuda, por no decir que es la fuente primordial para todo lo que hacemos en estos tiempos.
Sin embargo, según investigaciones recientes por la consultora McKinsey, indica que este año pudo generar una pérdida de siete meses en el aprendizaje de los estudiantes. Además, el Banco Mundial en octubre informó que, tras los cierres de las escuelas, existe pérdidas de aprendizaje equivalentes a entre un tercio y un año completo de escolaridad.
Todo esto levanta las alarmas no sólo para los padres de familia, sino también para los entes educativos. Pues es necesario fortalecer los mecanismos, tecnología y metodología de aprendizaje a distancia y presenciales, apoyados de nuevos modelos.
Así lo afirma Emanuela Di Gropello, Gerente de Educación para América Latina del Banco Mundial quien indica que “esta crisis puede también ser una oportunidad para fortalecer los sistemas educativos, mediante la construcción de un sistema más resiliente y flexible a las necesidades de los alumnos”.
Esta situación ha llevado a expertos del mundo de la educación, de la salud, de la equidad y de la igualdad de género a ver en la tecnología una posibilidad para hacer frente a esta situación. En concreto, en el uso de plataformas de educación virtual para apoyar el proceso formativo de los escolares, ya sea desde sus casas o en sus colegios. Así, la educación tecnológica está demostrando que el aprendizaje en línea puede ser altamente eficiente en la situación actual, por lo que los docentes se están abriendo a descubrir la forma en que estas herramientas se convierten en aliados que facilitan su trabajo y que les permiten dedicar tiempo a lo que mejor hacen: transmitir conocimiento, captar las dudas y estados de ánimo de sus alumnos.
“Hoy en día existen altas expectativas sobre las probabilidades de que las plataformas de educación virtual comiencen a integrarse más y más en los formatos educativos tradicionales, un salto enorme para que cada estudiante pueda reforzar sus estudios desde cualquier lugar”, comenta Javier Arroyo, cofundador de Smartick.
Así como existen plataformas para grandes donde aprenden nuevos idiomas como Duolingo o quienes están explorando nuevas áreas de estudio que utilizan cursos virtuales como Platzi. También existen soluciones para acompañar a los niños y niñas a impulsar el aprendizaje de las matemáticas a temprana edad, como Smartick con su novedosa metodología virtual.