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La pandemia del COVID-19 lo cambió todo y dejó al descubierto las grandes debilidades del mundo, una de las más visibles es el tema de la educación que obligó a que varias escuelas y universidades de todo el mundo fueran cerradas migrando a lo virtual.
Según lo publicó la Unesco recordó que más de 800 millones de estudiantes siguen haciendo frente a importantes interrupciones.
Con motivo de esta conmemoración, la UNESCO lanzó una declaración en la que demanda a los gobiernos y las sociedades priorizar la educación durante la pandemia, que ha afectado a casi 1,6 billones de estudiantes de más de 190 países.
El COVID-19 ha amplificado las desigualdades educativas, sociales, económicas y digitales de los estudiantes, "poniendo a una generación en riesgo de catástrofe del aprendizaje", dijo el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres.
A su vez, la pandemia ha evidenciado la importancia de la educación como bien público y base de la cohesión social, el bienestar y las oportunidades.
La UNESCO también solicita a los gobiernos potenciar la enseñanza-aprendizaje a lo largo de toda la vida para poder lograr la recuperación económica pospandemia.
Recomendó transformar los sistemas educativos para que sean más resistentes a las crisis y más inclusivos, flexibles y sostenibles.
El cierre completo a nivel nacional durante una media de 3,5 meses sube hasta los 5,5 meses si se tienen en cuenta los cierres de escuelas en zonas localizadas.
"Los cierres prolongados y repetidos de los centros educativos están teniendo un coste psicosocial para los estudiantes, aumentando las pérdidas de aprendizaje y el riesgo de abandono escolar, lo que afecta de forma desproporcionada a los más vulnerables", declaró en la nota la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
Azoulay insistió en que el cierre total debe ser el último recurso y la reapertura de los centros en condiciones de seguridad, "una prioridad".
5 acciones para asegurar la educación en COVID-19:
1. Tomar medidas para que las escuelas funcionen de forma segura e inclusiva:
Los gobiernos deben asegurar que los centros educativos funcionan en condiciones de seguridad ante el COVID-19, por lo que resulta clave establecer protocolos basados en pruebas científicas.
Asimismo, la educación debe contar con una financiación adecuada para que los centros educativos puedan seguir prestando sus servicios si se interrumpe la apertura normal de las escuelas.
La UNESCO recomienda priorizar la educación presencial segura e inclusiva, porque existen "múltiples riesgos académicos, socioemocionales y económicos de depender únicamente de soluciones de enseñanza-aprendizaje remoto".
2. Garantizar la formación y la seguridad de los docentes:
Además de darle prioridad a la formación y desarrollo profesional de los docentes en cuanto a sus habilidades digitales y pedagógicas, la UNESCO aboga por que se garantice su seguridad, bienestar y condiciones de trabajo decentes.
Además, resulta prioritario abordar el problema de la escasez de profesorado capacitado y cualificado, que se ha agravado debido a la crisis sanitaria.
El organismo internacional ha lanzado una campaña en redes sociales para pedir a los gobiernos y a la comunidad internacional que consideren a los docentes y al personal escolar como colectivos prioritarios para recibir la vacuna del COVID-19 cuanto antes, ya que los considera personal esencial que trabaja en primera línea frente al coronavirus.
3. Invertir en el desarrollo de habilidades de las personas para mejorar su empleabilidad
Invertir en el desarrollo de competencias de las personas de todas las edades, así como en su bienestar social y emocional, resulta clave para lograr una recuperación económica y social inclusiva, más trabajo decente y una mayor empleabilidad.
Por ello, los países deben ofrecer oportunidades de reconversión y perfeccionamiento profesional a los jóvenes y adultos que han perdido o corren el riesgo de perder su empleo.
4. Reducir la brecha digital en la educación
El cierre de escuelas, universidades y otras instituciones de aprendizaje, así como la interrupción de muchos programas de alfabetización y aprendizaje permanente, afectó a millones de estudiantes.
Los gobiernos de todo el mundo actuaron rápidamente para ofrecer soluciones alternativas, pero al menos un tercio de los niños y jóvenes del mundo no pudieron acceder al aprendizaje remoto.
Es por ello que la UNESCO aboga por que los países actúen para reducir la brecha digital y elaboren recursos educativos abiertos de calidad que sirvan como complemento del aprendizaje presencial, "con miras a posibilitar un aprendizaje inclusivo y equitativo basado en la tecnología".
5. Proteger y aumentar los presupuestos de educación
Proteger e incluso aumentar la inversión en educación en el mundo, por su propio bien como un derecho humano, así como una estrategia para una recuperación económica eficiente, efectiva y sostenible, es otra de las actuaciones que los países deben realizar para que la enseñanza-aprendizaje del alumnado continúe.
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