Judicial

Para las autoridades que atendieron el levantamiento del cadáver de Arturo López López, este se dedicaba a cuidar un apartamento ubicado en la Calle 35 número 24 en el edificio Jamar, en el barrio Antonia Santos de Bucaramanga (Santander), cuando fueron notificados por las personas que al parecer residen allí, aduciendo que el cuerpo de este español no respondía a ninguna actividad.

Arturo de 54 años de edad, según versiones de los vecinos, era una persona solitaria y estaba viviendo allí desde hace un par de meses, se le veía muy tranquilo y nunca se le vio enfermo, era un poco conversador, por lo que la muerte a producido varios interrogantes que tendrán que ser investigados por la Sijín.

Una de las hipótesis que se maneja es que este hombre sufría de diabetes y tenía que inyectarse constantemente insulina, la cual le permitía continuar con su ritmo de vida, pero que le exigía constante sacrificio e inversión, ya que los costos de estos son muy elevados y debido a su procedencia no eran tan fáciles de conseguir.

Otras versiones aseguran que lo dejaron morir, ya que es muy extraño que si sabía que tenía algún padecimiento no se le prestara los servicios adecuadas para la supervivencia de este. Para la administradora del edificio Jamar, quien vive en el 402 esta muerte tendrá que esclarecerse prontamente, debido a que la imagen del edificio no puede ser empañada por circunstancias ajenas a los demás vivientes.

Arturo López al parecer tenía problemas de diabetes. 

La investigación

Ya hay varias personas que fueron entrevistadas por la autoridades competentes, entre los cuales se encuentran los dueños del inmueble, quienes aparentemente no se encontraban allí, no obstante se habla de conocidos y allegados a los cuales también se les ha tomado declaraciones para llegar al motivo por el cual Arturo dejó de existir.

El cuerpo

En las instalaciones de Medicina Legal se esperaba que algún familiar de López López llegara a reclamarlo, debido a que posiblemente tendrían que ser deportarlo a su país de procedencia para ser enterrado y darle el último adiós.