Ojos a la obras del aeropuerto

Desde el año pasado la veeduría de la obra de la torre de control del aeropuerto Guillermo León Valencia de Popayán viene denunciando que esta construcción no avanza. Se teme desde este organismo de control ciudadano que se convierta en un elefante blanco. Y ante la preocupación funcionarios de la Contraloría, Aeronáutica Civil y delegados de la veeduría, realizaron una visita al sitio y verificaron que efectivamente todo está tal cual estaba hace varios meses.
De una vez por todas los organismos de vigilancia y control deberían indagar a fondo  sobre este tema pues las advertencias de la Veeduría Ciudadana sobre el atraso en la construcción de la torre de control que haría inútil todas las obras de mejoramiento y ampliación de la terminal aérea, resultan inquietantes.
Hace más de un año el presidente de este organismo de control ciudadano solicitó a la Aeronáutica Civil una información clara sobre la situación de dicho contrato con la entidad y el consorcio aéreo Obex EP, encargado de la obra. La construcción de la torre tuvo que haber empezado en el primer trimestre de 2018, con un plazo de ejecución estipulado de 14 meses. El propósito era ofrecer una terminal aérea moderna para la región. 
La historia más o menos es como sigue. El proceso licitatorio estaba basado en unos estudios y diseños originales presentados por la Aerocivil. Sin embargo después de unas pruebas a las que se sometió en el sitio de la obra, se hallaron inconsistencias por lo que se solicitó su modificación. La Aerocivil insistía en que los estudios iniciales son suficientes pese a que se demostró que estaban mal elaborados, con el riesgo de que de construirse la torre de control, esta colapsaría por falla en el suelo, según las pruebas realizadas. Un riesgo muy importante a todas luces. A partir de este desacuerdo, el consorcio aéreo Obex inició un proceso judicial contra la Unidad Administrativa de la Aerocivil, precisamente porque esta no ha suministrado los estudios y diseños Fase III, una información necesaria para el cumplimiento del convenio. Ahora, parte de este lío ya se resolvió pero la obras sigue quieta, sin ninguna razón. En el aeropuerto se desarrolla de forma paralela la obra de ampliación de la plataforma por parte de otra empresa, el Consorcio Alianza YDN Popayán que a día de hoy se cumple dentro de los  términos estipulados. Esta nueva terminal podría convertirse en una mole inútil, o ‘elefante blanco’ si es que no hay torre de control.. Si no se resuelve este entuerto, la ilusión de una nueva terminal aérea quedaría aplazada indefinidamente.