Por qué Cauca vota por Petro

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Donaldo Mendoza

La discusión política se impone por estos días en las reuniones de café. Ayer nos encontramos tres para celebrar la vida: uno del trío acababa de superar una dura prueba de salud, con radio y quimio incluidas. Y como el obstinado bicho que trepa por el palo de la escoba que lo barre, saltó la política. De los tres, uno argumentaba como filósofo escéptico, al otro el aguijón de la duda no le permitía definirse, y el suscrito: un petrista/francista convencido.
Me correspondió entonces defender mi convicción y contestar y sustentar el motivo, ante esta pregunta: «¿Por qué el Cauca vota mayoritariamente por Petro?» Procuré delimitar la respuesta a un solo tópico temático, a fin de poder soportar el asedio de mis cofrades.
En efecto, Cauca es geográficamente uno de los departamentos más privilegiados de Colombia: desde las altas montañas, los valles y el mar. Todos los pisos térmicos y todas las condiciones para ser una tierra productiva, un polo de desarrollo, un surtidor de alimentos y agroindustria del país. Y hoy no lo es. El factor de violencia y todo el territorio en riesgo lo impiden. Impensable que a ese ambiente lleguen nuevos inversionistas, y los que se atreven (Lácteos, Carvajal…) aguantan hasta incierto tiempo y se van.
Se van los osados inversionistas, y quedan las comunidades afros, indígenas y campesinas en las manos del mejor postor de la economía ilegal, y los que se resisten se exponen a que los maten. A ellos se suman los jóvenes, en Popayán la mayoría, que hacen parte de la franja de población del país en donde el desempleo y la desesperanza cunden, y expuestos también a ofertas laborales de dudosa procedencia. Ese es el Cauca y Popayán que se ve y se percibe.
En este momento, hay tres candidatos con opción de ganar, porque en política y con maquinarias dispuestas a comprar votos nada está escrito. Ellos son: Petro, Fico y Hernández. De los tres, las comunidades dichas saben que Gustavo Petro es el que tiene las mejores condiciones para llegar a un acuerdo de paz inteligente y serio con los grupos ilegales; porque conoce los orígenes del conflicto y lo ha padecido desde su militancia en la izquierda. Fico sería la incontestable continuidad de Duque/Uribe, y el empresario Rodolfo Hernández, sin representantes ni senadores en el Congreso, quedaría al arbitrio de los partidos que han sostenido contra todos los asedios el gobierno de Iván Duque.