Por Nicolás Escobar Bejarano
Vivir en este país, es sin duda, sentir un carrusel de emociones, por ejemplo, la semana pasada, ocurrieron noticias alentadoras para la humanidad como lo fue la liberación de Gloria Cecilia Narváez (la monja que fue secuestrada por Al Qaeda) y, otras desagradables como el asesinato a sangre fría de dos policías en el municipio de Santander de Quilichao (Cauca). Adicionalmente, sucesos como el que dirigentes colombianos estén vinculados a los “Pandora Papers”, los cuales involucran grandes paraísos fiscales. Sin embargo, muy por debajo del show mediático de las anteriores noticias, pasó una muy grave, esto es: el escándalo sexual que tiene contra las cuerdas a Pornhub. Dos colombianas, se sumaron a las 30 mujeres que denunciaron a la plataforma de Pornhub (una de las plataformas más grandes del mundo), ante un Tribunal Federal de Estados Unidos, pues, al parecer, en este sitio web están alojados videos que fueron grabados cuando ellas eran menores de edad, constituyendo de esta manera una violación a las normas que regulan el abuso y la pornografía infantil en dicho país. La primera de las víctimas fue contactada cuando tenía 17 años a través de la red social de Facebook, le propusieron tener relaciones sexuales con un extranjero llamado Víctor Hugo Galarza a cambio de dinero, según manifiesta la mujer (su nombre es anónimo), ella aceptó por necesidad y meses después pudo ver el video en dicha plataforma bajo un título engañoso y misógino. La otra víctima tenía 15 años, fue contactada de la misma manera y, en el mes de abril del año 2020 el video que reposa la citada plataforma, superaba las 2 mil visitas.
No obstante, lo anterior, me surgió una pregunta ¿por qué una noticia tan grave y delicada no es primera plana en un país como Colombia? Lo primero a mencionar es que, en nuestro país impera una lógica patriarcal que nos impide ver la sexualización o cosificación de la que son víctimas las mujeres, es decir, hemos sido educados bajo el esquema de que la explotación sexual está bien o, es justificable, siempre y cuando sea un tema alejado de nosotros, es decir, se educa a los hombres bajo la idea de que se debe “dominar” a ese género “débil”, cuando son las hijas, hermanas o incluso mamás de otros, pero cuando el tema se torna personal repudiamos tan siquiera la idea. El sistema capitalista nos ha hecho creer que los hombres tenemos el derecho absoluto sobre las cosas y sobre las mujeres, que son vistas como tal, incluso se tiende a culpar a la víctima con comentarios fuera de contexto, que invisibilizan la sistemática violencia a la que han sido sometidas históricamente. Espero que la justicia gringa actúe de una manera acertada y que la industria de la pornografía se reforme a cualquier costo, así sea, cortando los millonarios ingresos que recibe de empresas como PayPal o Visa.