Entre los departamentos de Caquetá, Huila, Nariño y Putumayo, se encuentra el municipio de Santa Rosa en la media Bota Caucana, reconocido como una zona roja por vivir durante tantos inmerso en el conflicto armado que azotó a la región. Hoy, este sector se encuentra en alerta con niños, niñas y jóvenes, por amenazas de secuestro dentro de un plan de comercialización de órganos.
La comunidad del Resguardo Santa Marta, en compañía de padres de familia, docentes y estudiantes de las instituciones educativas Suma Kausay y Santa Marta, realizaron una jornada de protesta en el kilómetro 30 en la vía Mocoa – Pitalito, ante estas amenazas provenientes de una presunta banda delincuencial dedicada al tráfico de órganos, en este caso de los menores que habitan el municipio y zonas aledañas.
Por otra parte la Guardia Indígena del Consejo Nacional Indígena del Cauca, CRIC, declaró medidas de aseguramiento para salvaguardar los pueblos originarios. “Hoy rechazamos toda forma de violencia que atente contra la vida y la integridad de nuestros niños” afirma docente, enviando un mensaje de protección a la vida y al territorio.
Hasta el momento no hay pronunciamiento de entidades de protección social como la Gobernación del Cauca, la Policía Nacional, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía General de la Nación, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, entre otros, sin embargo, la comunidad del municipio de Santa Rosa, afirma que los habitantes menores se encuentran a salvo dentro de sus medidas de seguridad.