Día triste para Colombia y es que un día como hoy, 9 de abril de 1948, fue asesinado el líder del partido Liberal y candidato presidencial de aquel entonces, Jorge Eliécer Gaitán. Este hecho, conocido como ‘El Bogotazo’, dejó más de 2.500 personas muertas.
Fue en la tarde del 9 de abril cuando Jorge Eliécer Gaitán, candidato presidencial y líder del Partido Liberal salía de su oficina en el centro de Bogotá junto a su mano derecha, Plinio Mendoza, cuando fueron interceptados por Juan Roa Sierra, un joven que vivía en el barrio Ricaurte.
Este joven apuntó con un arma al líder político que empezó a correr de regreso al Hotel Continental, pero tres disparos, dos en la espalda y uno en la cabeza terminaron con la vida del líder del partido Liberal. Pese a que Gaitán fue trasladado a un centro asistencial, murió a las 7:45 de la mañana.
Su muerte, cuando era el principal señalado para convertirse en presidente de Colombia, no solo desató una serie de disturbios que hicieron arder a media capital,el ‘Bogotazo’, sino que desataron una serie de eventos históricos consecuentes que incluso todavía tienen repercusión en nuestros días, comenzando por el fenómeno conocido como ‘La violencia’.
Desde el año 2013, se buscó darle un giro a la fecha, convirtiéndola en “Día de la Memoria y Solidaridad con las víctimas del conflicto armado”.
Quién lo asesinó:
Minutos después de haber asesinato a Gaitán, Roa Sierra fue capturado. Este hombre no duró mucho en el lugar porque una turba enardecida lo sacó de allí y lo mató a golpes, patadas, palos, una muerte que los historiadores describen como “muerte de físico dolor”.
Después de ese día, en el país se desató una ola de violencia, las emisoras que podían registrar la información narraban como la multitud saqueaba locales comerciales, disparos, incendios, matanzas y una gran destrucción del mobiliario público.
Los policías entregaron sus armas por temor a ser linchados, mientras que francotiradores se encontraban en los techos de la entonces sede del Colegio San Bartolomé para contener a las masas que intentaban entrar al Palacio Presidencial para destruirlo.
De acuerdo con el libro Memorias del Olvido del historiador Arturo Alape, la ciudad se sumió en un temor indescriptible, la orden del gobierno era dispararle a todo lo que se moviera y se dice que hubo, mal contados, un total de 2.500 muertos en el país.
Por otro lado, estimaciones señalan que al menos 147 casas quedaron destruidas o seriamente dañadas el 9 de abril de 1948.
Meses antes de morir, Gaitán vivía entre concentraciones multitudinarias y discursos enardecidos en busca de lograr la presidencia de Colombia como representante del Partido Liberal, el histórico contendor del Partido Conservador.
“Bogotá era una ciudad y una sociedad muy compartimentada. Uno de los éxitos de Gaitán como político era que se acercaba a la gente. En ese entonces no había ningún político, fuera conservador o liberal, que se aproximara a los votantes”, explicó a BBC Mundo el investigador y periodista Mario Jursich.
Diez frases de Gaitán:
1. «El pueblo es superior a sus dirigentes».
2. «Antes que la vida miserable y perecedera están el dolor, la justicia y el ideal».
3. «Parece que a este nuestro pueblo, al igual del personaje de Poe, lo ha invadido la irremediable cobardía de no abrir los ojos, no tanto por esquivar la visión de horribles cosas cuanto por el fundado temor de no ver nada.
4. «Un principio que debería ser la base fundamental de las auténticas democracias: el que no trabaja no come, que es opuesto a la simulación de la democracia en donde el que menos trabaja es el que más come».
5. «Nada más cruel e inhumano que una guerra. Nada más deseable que la paz. Pero la paz tiene sus causas, es un efecto. El efecto del respeto a los mutuos derechos».
6. «Yo no soy un hombre soy un pueblo, y el pueblo es mayor que sus dirigentes».
7. «Hay que procurar que los ricos sean menos ricos y los pobres sean menos pobres»
8 «El que sentencia una causa sin oír la parte opuesta, aunque sentencie lo justo es injusta esa sentencia».
9. «Cercano está el momento en que veremos si el pueblo manda, si el pueblo ordena, si el pueblo es el pueblo y no una multitud anónima de siervos».
10. «Nos hallamos apenas en el período inicial de toda revolución: la emoción. Por eso no somos revolucionarios sino simplemente rebeldes, es decir inconformes».