El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) presentó su informe sobre el balance de la situación humanitaria en Colombia durante el 2021 y los retos que tiene el país de cara al 2022. En su año de trabajo, el CICR constató un agravamiento de la violencia y el conflicto armado en el país (en comparación con el 2020), aumentando a su vez el número de víctimas.
El CICR resalta que la creciente violencia, que seguirá siendo un reto para el 2022, es consecuencia de los conflictos armados que hay entre distintos actores como el Estado, Ejército de Liberación Nacional (ELN), Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), Segunda Marquetalia, comandos fronterizos y miembros de las Farc que no se acogieron al acuerdo de paz.
El CICR señala que una de las grandes afectaciones son las víctimas por artefactos explosivos. En 2021 registraron 486 víctimas de estos artefactos, el número más alto de los últimos 5 años. De las 486, 258 eran civiles y el 76% de los casos ocurrieron en Norte de Santander, Cauca, Chocó, Antioquia y Arauca.
La segunda consecuencia son confinamientos y desplazamientos. En 2021, según cifras oficiales, 52.880 personas fueron desplazadas (un aumento del 148% en comparación al 2020) principalmente en Nariño, Chocó, Cauca y Valle del Cauca. A esto se suma que 45.108 personas fueron confinadas por enfrentamientos (un 60% más que en 2020), principalmente en el departamento del Chocó.
El tercer punto son las desapariciones. El CICR registró 168 casos de desapariciones en 2021, lo que resulta en un desaparecido cada dos días. Pese a esta cifra, se resalta que no son los datos totales de desapariciones ocurridas durante el 2021 porque algunas puede que no hayan sido denunciadas o reportadas.
La cuarta consecuencia son los ataques que sufrieron las misiones médicas, dado que hubo 553 agresiones contra el personal sanitario durante el 2021, la cifra más alta registrada en los últimos 25 años bajo la particularidad que buena parte de las agresiones se registraron durante el paro nacional y solo el 20% de los ataques fueron cometidos por actores armados.
El Comité concluye pidiendo a los candidatos a la presidencia tener a las víctimas como una de sus prioridades para su ruta de gobierno, recomienda al Estado llegar a las zonas distanciadas, escuchar a las víctimas, saber de sus necesidades y brindar asistencia y reconoce sostener diálogos con distintos actores armados, como el ELN, para garantizar el acceso de ayudas humanitarias a las comunidades