El Instituto Distrital de Gestión del Riesgo (IDIGER) monitorea de manera constante 21 puntos críticos en las laderas de Bogotá ante el riesgo de deslizamientos de tierra, siendo Ciudad Bolívar la localidad más afectada. Las intensas lluvias han agravado la situación, dejando casas destruidas y familias al borde de perderlo todo.
En el barrio Álvaro Bernal Segura, al sur de Bogotá, un deslizamiento ya afectó a 36 familias, quienes enfrentan pérdidas totales. Varias viviendas quedaron reducidas a escombros, mientras los residentes intentan contener el terreno con cercos improvisados hechos de madera, láminas, clavos e incluso tapas de cerveza.
“Provisionalmente, porque no tengo más material; falta madera gruesa, me faltan láminas. Uno no está tranquilo, en cualquier momento de la noche se puede derrumbar esto”, expresó Filemón Ocasio, uno de los habitantes del sector en riesgo.
Riesgo en Ciudad Bolívar
En el barrio La Estrella Baja, la amenaza de deslizamientos mantiene en vilo a decenas de familias. Olga Quito, quien vive con su esposo y dos menores, relata el temor diario que enfrentan debido a la inestabilidad del terreno:
«La verdad, sentimos miedo, sobre todo por los niños. Cuando llueve, la situación empeora porque el agua se filtra y ya está corriendo la casa prácticamente», señaló.
Respuesta de las autoridades
El IDIGER, junto con la Secretaría de Integración Social, continúa evaluando las zonas más vulnerables, priorizando la evacuación de las familias en mayor peligro. Hasta ahora, seis viviendas han sido evacuadas, aunque muchas personas se resisten a abandonar sus hogares por miedo a perder todo lo que han construido.
Sin embargo, las comunidades insisten en que se necesitan soluciones integrales que garanticen su seguridad a largo plazo, más allá de las evacuaciones temporales.
Lluvias mantienen a Bogotá y al país en alerta
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) ha advertido que casi 600 municipios de Colombia están en alerta por riesgo de deslizamientos debido a las lluvias. En Bogotá, la situación es particularmente crítica en las zonas de ladera, donde las precipitaciones constantes han debilitado los terrenos.
La prioridad sigue siendo la protección de las familias y la mitigación de riesgos, mientras las comunidades piden mayor atención a las soluciones estructurales para evitar tragedias mayores.
