Julio César Rivas, alias Conal, es señalado por las autoridades de liderar la incursión del ELN en Buenaventura a través de la compañía Omar Silgado del Frente de Guerra Occidental. En su historial criminal figuran homicidios selectivos, desplazamientos forzados y uso de brujería para evadir a las fuerzas de seguridad.
Su captura se concretó el sábado 9 de noviembre en Buenaventura, cuando unidades de inteligencia de la Armada y la Policía lo interceptaron tras una fiesta. Durante la detención, le incautaron tres celulares, $1.650.000 en efectivo y varios objetos de santería, junto con documentos manuscritos en los que invocaba espíritus para protegerse en su vida delictiva. Uno de estos escritos, titulado “Oración para salvar la vida en la guerra”, contenía frases que repetía acompañadas de padrenuestros y credos.
El general Nicolás Alejandro Zapata, subdirector de la Policía Nacional, señaló que Rivas recurría a la santería para evitar su captura: “Oraciones con las que pensaba que no iba a ser capturado. Santería y brujería son comunes en este tipo de sujetos”. Alias Conal, quien lleva 15 años en las filas del ELN, había recibido la misión de expandir el control del grupo hacia Buenaventura y los departamentos de Valle del Cauca, Cauca y Nariño. La evidencia sugiere que buscaba una alianza con Los Shottas para reclutar menores, cobrar extorsiones y aumentar las rentas ilícitas. Su grupo también es conocido por instalar campos minados y emplear armamento sin restricciones.
Además de coordinar la producción y transporte de cocaína en la costa pacífica, Rivas es acusado de extorsión y minería ilegal. Según el alto mando de la Policía, su captura es clave para fortalecer la seguridad en el puerto de Buenaventura.
Actualmente, Rivas está a disposición de la Fiscalía General de la Nación y enfrenta cargos por concierto para delinquir agravado y narcotráfico, aunque su historial podría ampliarse con el avance de las investigaciones.
