Es posible curarse de las heridas que deja en el alma y el cuerpo la violencia criminal y todo tipo de violencia causada en los fenómenos de desplazamiento que ha sufrido la población colombiana en muchos territorios, dijeron dos mujeres de Mampuján, en la costa Caribe colombiana y que llegaron a Popayán a exponer su experiencia de vida.
Narrar sin dolor
Al respecto hablaron Aniris Pulido y Laurit Navarro, dos mujeres de Mampuján que niñas sufrieron la violencia del desplazamiento por parte de Autodefensas en el año 2000, en zona rural distante hora y media de Cartagena, en la costa caribe colombiana, norte del país, y que para ellas significó un dolor profundo al perder todos sus bienes pero en especial, seres queridos que fueron asesinados por criminales, algunos auxiliados como lo dijeron, por fuerzas estatales.
“Nosotras a través del tejido, descubrimos un camino para sanar las heridas. Pero ese camino no era posible recorrerlo sin perdonar, por lo que es el primer paso que se debe hacer para sanar, perdonar a quienes nos hicieron daño. Luego con el tejido, fue nuestro medio para empezar a eliminar el dolor y ser capaces de recordar esos hechos sin que nos lastimara”, explicó Aniris Pulido, quien llegó a Popayán haciendo parte de una muestra de arte Popular exhibida en tres museos de la Ciudad Blanca.
La tejedora señaló que esta experiencia la han expuesto en muchos lugares de Colombia y aún del exterior, llevando el mensaje de que sí es posible curar ese dolor y hacer memoria de esos hechos que las desplazaron e hirieron sin que les sea imposible, por lo que dijeron que esto es posible hacer lo con las mujeres del Cauca que también fueron víctimas y que lo siguen siendo.
“Podemos sanar con el perdón y con el arte, y es posible hacerlo no solo para las mujeres que fueron víctimas de violencia y desplazamiento como nosotras sino para las mujeres que hoy siguen siendo violentadas”, aseguró Aniris Pulido.