Semana Santa

Semana Santa en Popayán
Semana Santa Popayán

Estamos a las puertas de la Semana Santa. Es el cuarto de hora de la ciudad, la semana más importante del año, la que por muchos años nos puso en el mapa. Llegó a ser un destino turístico fundamental para colombianos y extranjeros en esta época del año. Pero como es normal, los tiempos han cambiado. En el mercado del turismo semanasantero, hay mucha competencia tanto en destinos religiosos, con procesiones y actos devocionales, como en el tema de playa y otro tipo de escenarios.

Referente

Sin embargo Popayán sigue siendo referente. La Semana Santa debería ser un asunto de todos. Y a todos los que habitamos esta ciudad nos debería preocupar que las cosas salgan bien, que no haya desórdenes, que los visitantes vivan una experiencia de calidad, pues finalmente el impacto económico de un evento de tal magnitud nos beneficia a todos. Lastimosamente no ocurre así. Popayán ha recibido durante los últimos años, grandes oleadas de inmigración interna, y hoy es una gran ciudad de colonias. Gente de todo el Cauca habita en Popayán, y es normal que falte un poquito de sentido de pertenencia por lo que es nuestra Semana Mayor.
Más aún cuando, la organización de la Semana Santa ha sido históricamente elitista, de tradición y herencia. Un asunto de jerarquías. Por lo tanto es normal que gran parte de payaneses y caucanos se sientan ajenos y excluidos de todo lo que gira alrededor de la Semana Santa. Hay que sentarse a pensar y a repensar este evento. Sin bien no se debe desdibujar la esencia religiosa y ceremonial, que tiene que ver sin duda con las procesiones, habría que pensar en construir experiencias de calidad a los turistas. Está el tema de los museos, claro. Las artesanías, el recorrido por los templos, y poco más.

Turistas aburridos

Algunos años, en los que la lluvia ayudaba a agotar este ya pobre peregrinaje se veían penosos grupos de turistas amontonados en el centro comercial Campanario, agobiados por el tedio y las montoneras de gente. Seguro pensaban que mejor para el próximo año se irían al Caribe. Expertos y funcionarios deberían pensar en adaptar la Semana Santa a los tiempos que corren.

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