Esta semana, tres de las EPS más grandes del país enviaron una preocupante alerta. Sura, Sanitas y Compensar enviaron una carta al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, en la que manifiestan que, por cuenta de la difícil situación financiera que atraviesa el sector salud, prevén serias dificultades para seguir con sus operaciones después del mes de septiembre de este año.
Ante esta carta, que alertó a millones de afiliados, el presidente Gustavo Petro argumentó que el sistema de salud está financiado hasta el final de año. Además, que el Gobierno hizo crecer el presupuesto del Ministerio de Salud en un 25 % en 2023.
“El gobierno nacional decidió elevar el valor de Unidad de Capitación, base con que se paga a las EPS multiplicada por el número de sus afiliados. Este aumento fue del 16,2% anual, muy por encima de la inflación anual que está en el 11% y sigue bajando”, escribió el presidente Petro.
Por esa razón, considera que el reclamo de esas EPS es infundado: “A pesar de estos aumentos hemos tenido 1.300.000 quejas, de las cuales 494.000 son súplicas de vida, es decir, personas a punto de morir que las EPS no atienden correctamente y se dirigen a la Superintendencia para que actúe y salve sus vidas”.
Lluvia de tutelas para ser atendidos. El sistema de salud en Colombia genera amores y odios, mientras muchos lo defienden a capa de espada y destacan el hecho de que se tenga gran cobertura, otros cuestionan la calidad del servicio y dicen que muchas personas, especialmente de escasos recursos, no pueden acceder a atención especialmente en emergencias.
Por eso, muchas personas acuden a las tutelas para garantizar su derecho a la salud. La cifra de tutelas es impresionante, según varios datos de la Defensoría del Pueblo.
