Imputan cargos a exagente del DAS por escándalo de infiltración a la Corte Suprema

La infiltración a la Corte fue tan grave que hasta comprendió la instalación de grabadoras en las salas plenas del alto tribunal.

Alba Luz Flórez Gélvez, conocida como Mata Hari, exdetective del DAS, fue imputada por la Fiscalía de cuatro presuntos delitos. La acusación se debe a que resultó implicada en el escándalo por la infiltración y ejecución de un plan de desprestigio contra la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Este acontecimiento, había ocurrido ente los años 2007 y 2009.

Las conductas punibles por las que deberá responder son las de peculado por apropiación en favor propio y de terceros, falsedad ideológica en documento público y fraude procesal, todos con agravantes.

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Mata Hari se valió de recursos para gastos reservados

Conforme a lo señalado en el expediente, la exfuncionaria se habría valido de los recursos destinados para gastos reservados dentro del organismo de seguridad ya desaparecido. Esto fue a raíz de las múltiples irregularidades que se gestaron en su seno, con el fin de cubrir pagos al personal de servicios generales, escoltas y conductores de la Corte, a cambio de información sensible sobre los magistrados y procesos relativos a la parapolítica.

Según lo afirmado por la Fiscalía, las sumas de dinero del erario de las que se habría apropiado la Mata Hari con ese propósito, habrían superado los 169 millones de pesos. El registro indica que, de este dinero, utilizó alrededor de 25 millones de pesos para retribuirles a sus fuentes en la Corte Suprema la entrega de grabaciones, expedientes e información.

¿Cómo pasó desapercibido esto?

Luego, habría legalizado esos gastos valiéndose de formatos que llenó con datos apócrifos que tomó de internet y medios de comunicación a la par que mantuvo oculto el material conseguido de manera subrepticia.

La infiltración a la Corte, según establecieron las investigaciones al respecto que han trascendido a los medios, fue tan grave que hasta comprendió la instalación de grabadoras en las salas plenas del alto tribunal para acceder a discusiones y decisiones cruciales.

¿Qué dijeron los testigos?

Las propias confesiones de Flórez Gélvez ante la CSJ permitieron determinar que sus fuentes principales fueron cuatro: David García, un suboficial de la Policía que era parte del esquema de seguridad del magistrado de la Sala Penal, Javier Zapata Ortiz; Manuel Estreinger Pinzón Casallas, quien fungía como conductor del magistrado investigador de la ‘parapolítica’ Iván Velásquez; y dos trabajadoras de servicios generales Blanca Janeth Maldonado y María Torres.

Y de acuerdo con lo que dijo, todo se trataba de una orden expresa de sus superiores, ya que “el señor presidente (para la época, Álvaro Uribe Vélez) debía enterarse de qué pasaba al interior de la Corte para tomar decisiones” y por los “inconvenientes” que había entre la Corte y la Presidencia.

Ahora, la Mata Hari no aceptó los cargos que le formuló un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia.

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